El tribunal confirmó la condena a tres años de prisión. Dijo que dos de esos años quedaban en suspenso y que Sarkozy llevaría una pulsera electrónica en lugar de ir a la cárcel el año restante.

Sarkozy llegó al tribunal con un traje gris oscuro y parecía nervioso. Chocó los puños con sus abogados y sonrió ocasionalmente mientras tomaba asiento antes de que comenzara el procedimiento.

Un tribunal inferior de 2021 había declarado a Sarkozy culpable de intentar sobornar a un juez tras dejar el cargo y de tráfico de influencias a cambio de información confidencial sobre una investigación de las finanzas de su campaña en 2007.

Marcó una sorprendente caída en desgracia para un ex presidente que antaño dominó el mundo, y es una de las varias batallas legales que Sarkozy ha librado en la última década.

Sarkozy, de 68 años, que fue presidente de Francia durante un mandato, de 2007 a 2012, ha negado en todo momento haber cometido delito alguno.