"El Tratado sobre la Carta de la Energía ha demostrado en el pasado ser un obstáculo para el cambio", declaró tras una reunión del gabinete en la que los ministros aprobaron la medida.

El acuerdo internacional, concebido para garantizar el suministro energético y conceder protección a las empresas que invierten en la industria energética, ha sido criticado en los últimos años porque permite a los usuarios de combustibles fósiles reclamar indemnizaciones cuando se ven obligados a cerrar centrales.