Jonathan Kanter, fiscal general adjunto del DOJ para asuntos antimonopolio, dijo que las directrices, que se actualizaron por última vez en 1995, pueden ser demasiado estrechas dado el alcance de los servicios financieros en la actualidad, impulsados por la tecnología.

"Hay buenas razones... para cuestionar si las directrices de 1995 reflejan suficientemente las realidades actuales del mercado", dijo en un discurso en la Brookings Institution, un grupo de reflexión.

Los comentarios indican que es probable que el Departamento de Justicia vaya más lejos en el escrutinio de posibles fusiones bancarias, y socava las esperanzas de la industria de que la administración Biden estaría más abierta a permitir acuerdos después de una avalancha de quiebras bancarias desde marzo.

Las declaraciones de Kanter fueron seguidas de cerca por el sector bancario en busca de una indicación de cómo podría enfocar la administración Biden las posibles fusiones bancarias, ya que los defensores de los consumidores y los críticos argumentan en contra de permitir que los grandes bancos se hagan más grandes.

Añadió que una competencia bancaria sana es importante para todos los estadounidenses, subrayando la necesidad de una revisión enérgica de cualquier esfuerzo de consolidación.

"La competencia bancaria afecta al interés que usted gana en su cuenta de ahorros, al pago mensual de su hipoteca o del préstamo de su coche, o a las comisiones que paga por sacar dinero de un cajero automático", dijo.

En concreto, Kanter dijo que cualquier revisión de una fusión a efectos antimonopolio debe ir más allá de los factores tradicionales como el impacto en los depositantes locales y las sucursales, y considerar un conjunto más amplio de cuestiones. Por ejemplo, señaló que los clientes tienen ahora acceso a varios tipos de bancos que atienden a diferentes necesidades y clientelas, y que los clientes deben conservar una "elección significativa".

"La ley no ha cambiado", dijo. "Lo que estamos diciendo es que las realidades del mercado han cambiado, y cuando aplicamos la ley, tenemos la obligación de asegurarnos de que estamos abordando el mundo tal y como existe hoy".

El presidente Joe Biden firmó una orden ejecutiva en 2021 que ordenaba al Departamento de Justicia trabajar con los reguladores bancarios para actualizar las directrices sobre fusiones y aumentar el escrutinio de los acuerdos.

Pero la agitación en el sector bancario, desencadenada por la quiebra del Silicon Valley Bank en marzo, alentó la esperanza dentro de la industria de que la administración pueda suavizar su postura escéptica y adoptar un enfoque más acomodaticio para apuntalar a los prestamistas.

En sus comentarios, Kanter dijo que estaba centrado en las implicaciones antimonopolio de cualquier fusión bancaria, y que era mejor dejar que los reguladores bancarios primarios consideraran factores más amplios.