Bankman-Fried quería llamar a siete expertos en temas como los mercados de criptodivisas y los contratos ingleses, para convencer a los jurados de que le absolvieran de haber robado miles de millones de dólares en fondos de clientes de FTX para tapar las pérdidas de su fondo de cobertura Alameda Research.
Pero en una orden escrita, el juez de distrito Lewis Kaplan dijo que tres testigos propuestos no podían subir al estrado, porque su testimonio era irrelevante o podía confundir al jurado.
También dijo que Bankman-Fried puede intentar llamar a los cuatro expertos restantes, pero sólo para refutar a los testigos de la acusación.
Entre los testigos rechazados por Kaplan estaba Peter Vinella, un consultor que pretendía testificar sobre "el uso por parte de FTX de prácticas ampliamente aceptadas en la industria de servicios financieros". Kaplan consideró que el testimonio era irrelevante.
Bankman-Fried tampoco puede llamar al abogado inglés Lawrence Akka para que testifique sobre las condiciones de servicio de FTX, que se regían por la ley inglesa, porque sólo un juez puede decir a los jurados cuál es la ley, dijo Kaplan.
Los documentos del tribunal sugieren que Bankman-Fried podría argumentar que los términos de servicio no impedían el uso de los fondos de los clientes para realizar inversiones -al igual que los bancos utilizan los depósitos para financiar préstamos- y que la práctica había sido habitual en la industria de la criptodivisa.
Bankman-Fried, un ex multimillonario de 31 años, se ha declarado inocente. Ha reconocido una gestión inadecuada de los riesgos en FTX antes de su colapso en noviembre de 2022, pero ha negado haber robado fondos.
Es habitual en los juicios penales de Estados Unidos que los fiscales y los acusados llamen a expertos para ayudar a los jurados a comprender cuestiones complejas.
Los fiscales han dicho que planean llamar a declarar a tres antiguos ejecutivos de FTX y Alameda, que se han declarado culpables, en el juicio de Bankman-Fried, que puede durar hasta seis semanas. (Reportaje de Luc Cohen en Nueva York; Edición de Daniel Wallis)
