La "Sango Coin" salió a la venta el 21 de julio a pesar de la fuerte caída de los precios del bitcoin durante los últimos meses y de las dudas sobre la viabilidad del proyecto en un país mal conectado y devastado por la guerra.

Según la iniciativa, los inversores extranjeros habrían podido comprar la ciudadanía por un valor de 60.000 dólares en criptomonedas - con las Sango Coins equivalentes mantenidas como garantía durante cinco años - y la "e-residencia" por 6.000 dólares, mantenida durante tres años, según la página web de Sango.

Un terreno de 250 metros cuadrados también se había cotizado por 10.000 dólares, con las Sango Coins guardadas durante una década.

Pero el máximo tribunal del país consideró que esas compras eran "inconstitucionales", argumentando entre otras razones que la nacionalidad no tenía un valor de mercado y que la residencia requería una estancia física en la República Centroafricana (RCA), según un decreto.

El impacto sobre la iniciativa Sango Coin no estaba claro de inmediato.

El portavoz del gobierno, Serge Djorie, dijo a Reuters que no tenía una respuesta al fallo.

La República Centroafricana, uno de los países más pobres del mundo, se convirtió en abril en el primero de África en hacer del bitcoin una moneda de curso legal, lo que levantó las cejas entre los expertos en criptodivisas y llevó al Fondo Monetario Internacional a advertir que no era una "panacea" para los retos del continente.

El presidente Faustin-Archange Touadera ha defendido la Sango Coin como una solución a la exclusión financiera que facilitará la inversión en los vastos recursos minerales de la RCA.

Pero las ventas de los 21 millones de dólares iniciales que se ofrecen han sido lentas, con poco más del 5% del objetivo comprado en las horas posteriores a su lanzamiento.