Tinubu suprimió un subsidio de décadas de antigüedad durante su toma de posesión en mayo y puso fin a las restricciones de divisas, lo que ha provocado un aumento del coste de la vida y enfurecido a los sindicatos.

En una emisión nacional para conmemorar los 63 años de independencia, Tinubu defendió las reformas como necesarias para poner a la mayor economía de África en la senda de la recuperación.

"Estoy en sintonía con las dificultades que se han presentado. Desearía que las dificultades actuales no existieran. Pero debemos aguantar si queremos alcanzar el lado bueno de nuestro futuro", dijo Tinubu.

Afirmó que, tras las conversaciones mantenidas con los sindicatos, las empresas y otras partes interesadas, los trabajadores del gobierno federal recibirían 25.000 nairas más al mes durante los próximos seis meses, un aumento menor que, según dijo, era necesario para evitar el aumento de la inflación de dos dígitos.

Con ello, el salario mínimo en Nigeria pasaría de 30.000 a 55.000 nairas (71 dólares).

Pero los sindicatos quieren que Tinubu restablezca la subvención del combustible y anteriormente habían exigido un salario mínimo de 200.000 nairas.

La gasolina se utiliza mucho en Nigeria para alimentar los generadores de millones de hogares y pequeñas empresas porque la red nacional genera una media de 4.500 megavatios, lo que deja sin electricidad a la mayoría de los 200 millones de ciudadanos.

Tinubu afirmó que su gobierno estaba mejorando la recaudación de impuestos, aumentando la inversión en pequeñas empresas para impulsar el empleo, mientras que un investigador especial presentaría pronto sus conclusiones sobre lo que calificó de "antro de malversación" en el banco central.

El Senado confirmó la semana pasada al nuevo candidato de Tinubu para dirigir el banco central, en sustitución del anterior gobernador, que se encuentra bajo custodia de los agentes de seguridad del Estado desde junio.