El plan quinquenal de la administración Biden para el arrendamiento de petróleo y gas en alta mar no incluirá ninguna venta en 2024 y contará con el menor número de subastas de la historia del programa en los cuatro años siguientes, según tres fuentes familiarizadas con el asunto.

El calendario de arrendamientos en el Golfo de México y Alaska para 2024-2028 está previsto para el viernes tras varios retrasos y meses de batallas entre ecologistas y defensores de las perforaciones sobre cómo debería ser la política.

El plan final supondrá una drástica reducción respecto a la propuesta que la administración Trump había elaborado en 2018 y que preveía 47 ventas de arrendamientos, incluidas las de California y el Atlántico.

Sin embargo, se quedará corto respecto a la promesa de campaña del presidente estadounidense, Joe Biden, de poner fin por completo a las nuevas perforaciones federales para luchar contra el cambio climático, después de que las decisiones judiciales exigieran la continuación de los arrendamientos y la Ley de Reducción de la Inflación del año pasado los convirtiera en un requisito previo para las nuevas subastas de arrendamientos de energía eólica marina.

Biden considera que la energía eólica marina es una herramienta clave en el esfuerzo de su administración por descarbonizar la economía.

"El número de ventas de arrendamientos de petróleo y gas será el más bajo de la historia y permitirá la rápida expansión de la industria eólica marina", dijo una de las fuentes a Reuters.

El Departamento del Interior está obligado por ley a crear un calendario nacional de arrendamientos de petróleo y gas cada cinco años. Pero lleva sin uno desde que el anterior expiró en junio de 2022 debido al agresivo debate sobre el programa.

La administración Biden desveló una propuesta de plan en julio del año pasado que contemplaba entre cero y once ventas de arrendamientos.

En los últimos años, los políticos, los ecologistas y la industria petrolera han presentado el programa nacional de arrendamiento como un símbolo de la necesidad de frenar el desarrollo de los combustibles fósiles para evitar los peores efectos del calentamiento global, o como una herramienta fundamental para apuntalar los suministros nacionales de energía y mantener bajos los precios de los surtidores.

El plan estará sujeto a un periodo de espera de 60 días antes de que pueda ser aprobado por la secretaria de Interior, Deb Haaland. (Reportaje de Jarrett Renshaw y Nichola Groom Edición de Chris Reese y Marguerita Choy)