Bolivia está abierta a acuerdos con empresas europeas y de otros países para la exploración y extracción de litio, siempre que respeten las condiciones del país, dijo el miércoles el presidente Luis Arce.

"Estamos abiertos a cualquier empresa que quiera venir a Bolivia, pero las condiciones son claras", dijo Arce a Reuters en una entrevista, añadiendo que su país quiere participar en toda la cadena de producción.

"Tenemos suficientes reservas para que varias empresas puedan estar operando simultáneamente sin chocar unas con otras", añadió, mencionando que las firmas europeas estarían bien situadas para participar. "Lo que queremos es eficacia en la tecnología".

Dos empresas chinas y una rusa exploran actualmente tres de los salares bolivianos, y aún quedan decenas de formaciones por explotar. Las reservas de litio de Bolivia, estimadas en 23 millones de toneladas métricas, son las mayores del mundo, pero el país sudamericano aún no ha traducido su potencial en una producción a escala comercial.

Arce, hablando al margen de la Asamblea General de las Naciones Unidas en Nueva York, dijo que su país se encuentra en una carrera contrarreloj en la extracción de litio, dada la demanda de un mundo que busca dejar atrás su dependencia de los combustibles fósiles.

"Estamos en esa línea de hacerlo lo más rápido posible porque el mundo lo necesita".

A pesar de hablar de la "crisis climática", de la que Arce culpó a lo que describió como "el sistema capitalista", dijo que Bolivia "va a seguir siendo un país minero, vamos a seguir siendo un país gasífero e incluso un pequeño país petrolero".

DELINCUENTES FORESTALES

Preguntado sobre un compromiso mundial de deforestación cero para 2030, Arce sostuvo que su país no se adheriría: "Decir que vamos a controlar o acabar con la deforestación tiene que venir con hechos, no simplemente con palabras", dijo el presidente.

Bolivia fue uno de los países que más deforestó el año pasado, sólo por detrás de Brasil y la República Democrática del Congo, según Global Forest Watch, que supervisa los índices de deforestación.

Pero Arce dijo que Bolivia era una de las pocas naciones que "entendía perfectamente el comportamiento de la Madre Tierra" y cómo protegerla.

Los ecologistas han criticado al gobierno de Arce por apoyar la industria agrícola del país como motor económico clave para tomar el relevo de la caída de las exportaciones de gas natural.

Se han talado vastas zonas para granjas de soja y vacuno. En 2022 se taló una superficie de unos 3.860 kilómetros cuadrados (1.490 millas cuadradas), según Global Forest Watch.