El gobierno tunecino negoció en octubre un acuerdo preliminar con el Fondo Monetario Internacional (FMI) para un préstamo de 1.900 millones de dólares a cambio de recortes en los subsidios y la masa salarial del sector público y la reforma de las empresas estatales.

Las agencias de calificación crediticia han advertido de que Túnez se enfrenta a un posible impago de la deuda soberana sin el préstamo, que también se espera que desbloquee más financiación bilateral.

El FMI ha dicho que Túnez necesita poner sus finanzas en una trayectoria más sostenible y ha expresado anteriormente su preocupación por el nivel de su masa salarial pública, los subsidios, la baja base impositiva y el apoyo a las empresas estatales no rentables.

Aunque el acuerdo con el FMI alcanzado en octubre se basaba en las propuestas del gobierno tunecino, Saied ha calificado de "diktats" las reformas fiscales que contenía. Sin su aprobación, el acuerdo - y el préstamo - no pueden finalizarse.

En unas declaraciones al presidente francés, Emmanuel Macron, publicadas por la oficina de Saied, éste describió las condiciones del acuerdo con el FMI como "equivalentes a encender una cerilla junto a un explosivo de gran potencia".

"Otro escenario podría basarse en poner impuestos a aquellos que no necesitan ayuda", con el fin de mantener la justicia social, según le citó su oficina.

Saied también propuso una cumbre sobre la cuestión de la migración ilegal a través del Mediterráneo. La primera ministra italiana, Giorgia Meloni, visitará Túnez la próxima semana, según informaron el viernes los medios estatales tunecinos.