Ali Muhammad Ali Abd-Al-Rahman está acusado de supervisar a miles de combatientes progubernamentales Janjaweed durante el punto álgido de los combates entre 2003 y 2004 y de ser responsable de atrocidades como asesinatos, violaciones, saqueos y torturas.

"Soy inocente de todos estos cargos", dijo el septuagenario a los jueces tras la lectura de los cargos al inicio de su caso.

Abd-Al-Rahman se entregó voluntariamente al tribunal con sede en La Haya en junio de 2020.

Ha negado regularmente los cargos y sus abogados han argumentado en las primeras fases del proceso que no era el líder de la milicia janjaweed también conocido como Ali Kushayb.

El fiscal de la CPI, Karim Khan, dijo que el juicio era un día trascendental para los sudaneses que habían estado esperando justicia durante casi dos décadas, comparando su espera con un ayuno.

Haciendo referencia al mes de ayuno musulmán del Ramadán, Khan dijo que el juicio era "una especie de Iftar (ruptura del ayuno) para los millones de sudaneses de todo el mundo que han estado anhelando que llegara este día".

El juicio se produce en medio de lo que, según los grupos humanitarios, es un recrudecimiento de la violencia intercomunitaria en Darfur desde el final de la misión de mantenimiento de la paz de las Naciones Unidas y la Unión Africana en la zona.

Décadas después de lo peor de los combates, 1,6 millones de personas siguen desplazadas internamente en Darfur, según estimaciones de las Naciones Unidas.

El conflicto de Darfur estalló por primera vez cuando los rebeldes, en su mayoría no árabes, se alzaron en armas contra el gobierno de Sudán, acusándolo de marginar el remoto territorio occidental.

El gobierno sudanés de entonces movilizó a milicias mayoritariamente árabes, conocidas como los Janjaweed, para aplastar la revuelta, desatando una ola de violencia que, según Washington y algunos activistas, equivalía a un genocidio.

Abd-Al-Rahman ha sido acusado de 31 cargos de crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad y podría enfrentarse a una pena de cadena perpetua si es condenado.

Los fiscales dicen que fue un líder clave de los Janjaweed en el que se apoyó el gobierno de Sudán y que participó a sabiendas y voluntariamente en los crímenes.

Desestimaron las declaraciones anteriores de Abd-Al-Rahman de que no es Ali Kushayb.

"Testigo tras testigo lo vio, lo escuchó, lo reconoció. Testigo tras testigo conocía al Sr. Abd-Al-Rahman de antes. Este es -dice la fiscalía- un caso sólido", dijo Khan.