Por Hyonhee Shin

SEÚL, 27 may (Reuters) -El primer ministro de China, Li Qiang, elogió lo que calificó de reinicio de las relaciones con Japón y Corea del Sur al reunirse el lunes en Seúl con sus líderes para mantener las primeras conversaciones a tres bandas en cuatro años, en un esfuerzo por reavivar los diálogos sobre comercio y seguridad obstaculizados por las tensiones mundiales.

El primer ministro chino se reunió en Seúl con el presidente surcoreano, Yoon Suk-yeol, y con el primer ministro japonés, Fumio Kishida, con los esfuerzos para revitalizar las negociaciones tripartitas de un acuerdo de libre comercio, estancadas desde 2019, entre los puntos principales de la agenda.

En la apertura de la cumbre, Li dijo que la reunión era "tanto un reinicio como un nuevo comienzo" y pidió la reanudación integral de la cooperación entre las potencias económicas de Asia oriental.

Pero para que esto ocurra, la política debe separarse de las cuestiones económicas y comerciales, añadió, pidiendo el fin del proteccionismo y la disociación de las cadenas de suministro.

"Para China, Corea del Sur y Japón, nuestros estrechos lazos no cambiarán, el espíritu de cooperación alcanzado a través de la respuesta a las crisis no cambiará y nuestra misión de salvaguardar la paz y la estabilidad regionales no cambiará", afirmó Li.

Una declaración conjunta hecha pública tras la reunión instaba a China, Japón y Corea del Sur a formalizar una comunicación más regular al más alto nivel y a colaborar en materia de cambio climático, conservación, salud, comercio y paz internacional, entre otros ámbitos.

La declaración también fijaba el objetivo de aumentar a 40 millones el número de intercambios interpersonales para 2030 a través de la cultura, el turismo y la educación.

Los líderes también emitieron declaraciones conjuntas separadas sobre la preparación ante pandemias y la protección de la propiedad intelectual.

Independientemente de los acuerdos firmados durante las conversaciones, la reunión en sí se considera una señal de progreso en las relaciones entre tres países cuyas relaciones están marcadas tanto por el recelo y el rencor como por el compromiso constructivo.

China y Corea del Sur y Japón, aliados de Estados Unidos, intentan gestionar la creciente desconfianza en medio de la rivalidad entre Pekín y Washington y las tensiones sobre Taiwán, gobernado democráticamente y que China reclama como propio, y el programa nuclear de Corea del Norte.

Yoon y Kishida han trazado un camino más estrecho entre sí y con Washington, embarcándose en una cooperación a tres bandas sin precedentes con Estados Unidos sobre medidas militares y de otro tipo.

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha levantado barreras a las importaciones chinas, aumentando los aranceles sobre una serie de importaciones chinas que incluyen baterías para vehículos eléctricos y chips informáticos. Donald Trump, su rival en las elecciones presidenciales de noviembre, ha propuesto imponer aranceles del 60% o más a todos los productos chinos.

En cuanto a Corea del Norte, Yoon y Kishida pidieron a Pionyang que no lleve a cabo el lanzamiento previsto de un cohete con un satélite espacial que, según ellos, utiliza tecnología de misiles balísticos prohibida por las resoluciones del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.

Li hizo un llamamiento a todas las partes para que practiquen la moderación y eviten que se complique aún más la situación en la península coreana. China es el único aliado militar de Corea del Norte, su mayor socio comercial y, junto con Rusia, ha pedido que se suavicen las sanciones de la ONU a Corea del Norte.

(Reporte adicional de Ethan Wang y Ryan Woo en Pekín y Sakura Murakami y Nobuhiro Kobo en Tokio; escrito por Josh Smith; edición de Stephen Coates y Michael Perry; editado en español por Ricardo Figueroa y Benjamín Mejías Valencia)