El primer ministro japonés, Fumio Kishida, dijo que planea remodelar su gabinete ya el miércoles, y que compilará un paquete de medidas económicas "drásticas" poco después para impulsar la frágil recuperación del país.

"Estoy pensando en llevar a cabo un cambio de personal de la dirección del partido y del gabinete tan pronto como el día 13", dijo Kishida en una conferencia de prensa en Nueva Delhi el domingo, al margen de una reunión de la cumbre del G20.

"En cuanto a las medidas económicas, quiero que protejan la vida de la gente de las subidas de precios y que refuercen la tendencia al aumento de los salarios y a la expansión de la inversión. Quiero llevar a cabo medidas drásticas, apoyadas firmemente por un presupuesto necesario", declaró.

Kishida dijo el mes pasado que tenía previsto elaborar un paquete de medidas económicas en septiembre.

Kishida ha visto caer en picado sus índices de aprobación tras una serie de contratiempos del gobierno en la aplicación de una política para integrar los datos fiscales y de la seguridad social de las personas en una única tarjeta de identificación.

Los datos de la semana pasada mostraron que la economía japonesa creció menos de lo estimado inicialmente en el segundo trimestre y que los salarios se desplomaron en julio, lo que arroja dudas sobre las previsiones del banco central de que la sólida demanda interna mantendrá al país en la senda de la recuperación.

En su viaje de una semana a Indonesia y después a la India, Kishida aprovechó todas las oportunidades para ganarse la comprensión de los líderes extranjeros sobre la seguridad del vertido japonés de agua radiactiva tratada de la central nuclear de Fukushima.

Japón comenzó a liberar el agua en el Pacífico el mes pasado, un paso clave para avanzar en el desmantelamiento de la central siniestrada, lo que provocó fuertes protestas de China, que ha prohibido las importaciones de marisco de Japón.

"Muchos países ya consideraban que el proceso de vertido era seguro y transparente. Ahora creo que esa comprensión se ha extendido aún más", declaró Kishida en la rueda de prensa.

Japón tiene la intención de seguir presionando a China para que levante inmediatamente la prohibición de importación, afirmó.