Por Marianna Parraga y Deisy Buitrago

HOUSTON/CARACAS, 18 abr (Reuters) -La pérdida por parte de Venezuela de una licencia estadounidense clave que le permitía exportar su petróleo libremente y asegurar inversiones afectará el volumen y la calidad de sus ventas de crudo y combustibles, al tiempo que podría desatar una avalancha de solicitudes a Estados Unidos para autorizaciones individuales.

Washington había advertido que, ante la falta de avances por parte del presidente Nicolás Maduro para cumplir una hoja de ruta electoral acordada con la oposición el año pasado, Washington no renovaría la licencia 44, que desde octubre alivió las sanciones petroleras vigentes desde 2019.

El miércoles, el Departamento del Tesoro de Estados Unidos concedió 45 días para cerrar las transacciones pendientes mediante la emisión de una licencia más restrictiva.

El plazo podría permitir que algunos tanqueros enviados por clientes de la estatal PDVSA que han esperado por meses para cargar crudo en puertos venezolanos zarpen, pero otros podrían tener que recurrir a permisos particulares para completar las compras.

Estados Unidos dijo el miércoles que procesaría solicitudes de licencias específicas para hacer negocios con Venezuela, un compromiso que funcionarios del país sudamericano dijeron esperan que se cumpla. Muchas empresas acumulan años esperando por autorizaciones individuales de parte de Estados Unidos.

Un conjunto de autorizaciones previamente otorgadas a petroleras como Chevron, Repsol y Eni no fueron retiradas, lo que asegura los flujos de petróleo venezolano a Estados Unidos y Europa.

Pero el Tesoro de Estados Unidos también explicó que "realizar nuevos negocios, incluidas nuevas inversiones previamente autorizadas bajo la licencia 44, no se considerará actividad de liquidación", lo que genera dudas sobre qué tipo de transacciones se autorizarán.

La licencia anterior de seis meses, emitida en octubre, no otorgó suficiente tiempo para que Venezuela asegurara inversiones de largo plazo para su industria energética. Pero las empresas que ya estaban en el país han estado negociando ampliaciones de áreas y proyectos vinculados a empresas mixtas existentes con PDVSA.

Venezuela prevé dar luz verde a esas ampliaciones durante los 45 días establecidos para cerrar acuerdos, dijo esta semana el ministro de Petróleo, Pedro Tellechea.

El canciller de Venezuela, Yván Gil, dijo el jueves que con su decisión, Estados Unidos "le hace daño a cualquier intento de normalización de las relaciones bilaterales (...) y sobre todo le hace daño a sus propias inversiones e intereses en la industria petrolera venezolana".

En declaraciones posteriores a reporteros, Gil añadió que el efecto de la reimposición de sanciones "es muy bajo" y que "la prosperidad que hemos visto ha sido gracias a la astucia" de Maduro en el manejo de la economía.

MOVIMIENTOS POLÍTICOS

El retiro del elemento más importante del alivio de sanciones marca un importante paso atrás en la política del presidente Joe Biden de restablecer contacto con Maduro. Sin embargo, no implica un regreso a la campaña de "máxima presión" del expresidente Donald Trump y podría cambiar dependiendo del progreso hacia elecciones libres.

La oposición venezolana está negociando la definición de un candidato para las elecciones presidenciales del 28 de julio, luego de que el gobierno impidiera que tanto la ganadora de sus primarias como su suplente se registraran.

La licencia había permitido a PDVSA ampliar exportaciones, mejorar su flujo de caja y asegurar importaciones de diluyentes y combustibles para el mercado interno. Se espera que al no ser renovada, las exportaciones se estanquen en torno a 900.000 barriles por día (bpd), mientras que la producción de crudo tendría un techo de alrededor de 1 millón de bpd.

Pero bajo una autorización separada, alrededor de una quinta parte de las exportaciones de petróleo venezolano despachadas por Chevron a Estados Unidos continuarían fluyendo hasta alcanzar unos 200.000 bpd este año. También se espera que unos 80.000 bpd en envíos a Europa sigan.

En marzo, las exportaciones petroleras de Venezuela alcanzaron su nivel más alto en cuatro años, pues muchos clientes se apresuraron a completar compras antes del posible vencimiento de la licencia. Pero el remolino de tanqueros esperando carga en los puertos venezolanos no se ha reducido significativamente, mostraron datos de transporte marítimo.

Las seis semanas fijadas por Estados Unidos para cerrar transacciones podrían no ser suficientes para resolver el cuello de botella por completo, dijeron operadores.

Bajo la anterior licencia y autorizaciones separadas, la producción de crudo de Venezuela se expandió hasta 874.000 bpd en marzo, ganando dos taladros de perforación activos.

Sin la licencia más amplia, se espera que PDVSA recurra nuevamente a intermediarios poco conocidos para colocar su petróleo con descuentos principalmente a Asia, a menos que Estados Unidos emita suficientes autorizaciones individuales, han dicho expertos.

También se prevé que las finanzas de PDVSA, erosionadas tras cinco años de sanciones, reciban un nuevo golpe, limitando el acceso a las divisas necesarias para costear todo, desde mano de obra hasta procura.

(Reporte de Marianna Párraga en Houston, Matt Spetalnick en Washington, y Deisy Buitrago, Mayela Armas y Vivian Sequera en Caracas)