La mayor economía de Europa ha sido una de las principales perdedoras de la guerra de Rusia en Ucrania debido a su excesiva dependencia del gas ruso y ahora la economía está abocada a sufrir una importante recesión a partir del cuarto trimestre de 2022.

"El entorno macrofinanciero se ha deteriorado sustancialmente", declaró el Bundesbank en un Informe de Estabilidad Financiera. "Persisten importantes riesgos a la baja".

El aumento de los costes, en parte en función de los tipos más altos del Banco Central Europeo, está limitando el margen de maniobra financiera de los hogares y las empresas, y esto aumenta el riesgo crediticio futuro.

Aun así, el Bundesbank no espera una corrección significativa de los precios de la vivienda, que en el pasado se consideraron sobrevalorados entre un 15% y un 40%.

"En conjunto, los precios de la vivienda siguen subiendo, aunque a un ritmo más lento", declaró la vicepresidenta del Bundesbank, Claudia Buch. "Dicho esto, no hay indicios de un desplome grave de los precios inmobiliarios ni de que las sobrevaloraciones estén retrocediendo".

A pesar de la desaceleración, el Bundesbank argumentó que todavía no era el momento de que el regulador financiero del país liberara el llamado colchón de capital anticíclico - capital extra, acumulado durante tiempos mejores, para ser utilizado durante una recesión.

"Un agravamiento de la crisis energética, una fuerte recesión económica y una subida brusca de los tipos de interés del mercado podrían someter al sistema financiero alemán a una presión considerable", añadió el banco.

La extrema volatilidad de los precios de la energía aumentó bruscamente las exigencias de garantías de las contrapartes centrales en el comercio de derivados, pero las medidas gubernamentales amortiguaron la escasez de liquidez y la oferta global de crédito "ha funcionado bien", afirmó.