Los comentarios son la primera confirmación de que Corea del Sur consintió oficialmente en suministrar, al menos indirectamente, componentes de armamento a Ucrania para su guerra contra Rusia.

Funcionarios de Seúl se habían negado anteriormente a hacer comentarios sobre los Krabs, alimentando las especulaciones sobre si Corea del Sur había dado formalmente su consentimiento o simplemente miraba hacia otro lado.

La oficina de control tecnológico de la Administración del Programa de Adquisiciones de Defensa (DAPA) revisó y aprobó la transferencia, dijo Kim Hyoung-cheol, director de la división Europa-Asia de la Oficina de Cooperación Internacional.

"Revisamos toda la documentación y los posibles problemas dentro de la DAPA... después tomamos la decisión de conceder la licencia de exportación a Polonia", dijo a Reuters en una entrevista en la sede de la DAPA, en las afueras de Seúl.

Producido por la polaca Huta Stalowa Wola, el Krab es un obús autopropulsado fabricado combinando un chasis surcoreano K9 Thunder, una torreta británica de BAE Systems, un cañón francés Nexter Systems de 155 mm y un sistema polaco de control de tiro.

Tras la invasión rusa de febrero del año pasado, Polonia envió 18 Krabs a Ucrania en mayo, y los dos países han firmado pedidos por docenas más.

Rusia califica la guerra de "operación militar especial", y el presidente Vladimir Putin acusó el año pasado a Seúl de suministrar armas a Ucrania, afirmando que tal decisión destruiría sus relaciones bilaterales.

El presidente surcoreano Yoon Suk Yeol dijo entonces que Corea del Sur, aliado de Estados Unidos, no había proporcionado armas. Su administración dice que no tiene planes de cambiar esa política.

Yoon ha dicho que la ley surcoreana dificulta la venta directa de armas a países en conflicto activo. Seúl también se ha mostrado reacio a enfadar a Rusia a pesar de la creciente presión de Estados Unidos y los países de la OTAN para que proporcione armas y municiones.

"Obviamente pensamos que Corea del Sur debería hacer más, y así se lo hemos comunicado a la administración Yoon con regularidad", declaró a Reuters una fuente diplomática occidental en Seúl.

Durante una visita a Seúl en enero, el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, instó a Corea del Sur a aumentar el apoyo militar a Ucrania, citando a otros países que han cambiado su política de no proporcionar armas a países en conflicto tras la invasión rusa.

El jefe de la DAPA tiene derecho a decidir qué se exporta, pero en la práctica depende también de la voluntad del presidente, dijo Yang Uk, investigador y experto en defensa del Instituto Asan de Estudios Políticos de Seúl.

"Un gobierno tiene que considerar todas las posiciones, incluida la del ministerio de Asuntos Exteriores, la diplomacia, así como las consideraciones económicas", dijo. "Si Corea apoya a Ucrania, Rusia puede tomar represalias vendiendo aviones actualizados a Corea del Norte o transfiriendo tecnología que Corea del Norte realmente necesita".

Corea del Sur se ha beneficiado de la prisa de Europa por rearmarse, firmando el año pasado un enorme acuerdo de armas con Polonia por valor de 5.800 millones de dólares para cientos de lanzacohetes Chunmoo, tanques K2, obuses autopropulsados K9 y aviones de combate FA-50.

Kim dijo que Polonia necesitaría más permiso surcoreano para suministrar cualquiera de esas nuevas armas a Ucrania. Funcionarios de la DAPA subrayaron previamente que esas ventas son para reforzar las defensas de Polonia, más que para ayudar a Ucrania.

La sensibilidad de Corea del Sur sobre este asunto se ha puesto de manifiesto por un acuerdo para vender proyectiles de artillería de 155 mm a Estados Unidos. Funcionarios de Washington han dicho que quieren enviar la munición a Ucrania, pero Corea del Sur insiste en que Estados Unidos debe ser el usuario final.

Un portavoz del ministerio de Defensa surcoreano dijo que las negociaciones para ese acuerdo están en curso.