Las fuerzas de seguridad parecían haber recuperado las calles de la principal ciudad del país el viernes, un día después de la llegada de paracaidistas rusos para ayudar a sofocar el levantamiento.

A continuación, una instantánea de Kazajistán, su economía y su sistema político.

¿DÓNDE ESTÁ KAZAJISTÁN Y POR QUÉ ES IMPORTANTE?

Kazajistán, situado entre Rusia y China y que comparte fronteras con otras tres ex repúblicas soviéticas, es la mayor economía de Asia Central, con ricos yacimientos de hidrocarburos y metales. Ha atraído cientos de miles de millones de dólares en inversiones extranjeras desde su independencia en 1991.

Estratégicamente, une los grandes mercados de rápido crecimiento de China y el sur de Asia con los de Rusia y Europa por carretera, ferrocarril y un puerto en el mar Caspio. Se ha descrito como la hebilla del enorme proyecto comercial chino "Belt and Road".

Kazajstán es el primer productor mundial de uranio y los disturbios de esta semana provocaron una subida del 8% en el precio del metal que alimenta las centrales nucleares. Es el noveno exportador mundial de petróleo, con una producción de unos 85,7 millones de toneladas en 2021, y el décimo productor de carbón.

También es el segundo mayor minero de bitcoin del mundo, después de Estados Unidos. El "hashrate" de Bitcoin -la medida de la potencia de cálculo de las máquinas conectadas a su red- cayó más de un 10% el miércoles tras el corte de Internet en Kazajistán, según la empresa de cripto minería BTC.com.

¿POR QUÉ ESTÁ ENFADADA LA GENTE?

La revuelta comenzó como una protesta en las regiones occidentales ricas en petróleo contra la eliminación de los topes estatales de precios del butano y el propano, a los que a menudo se hace referencia como "combustibles de carretera para los pobres" debido a su bajo coste.

La reforma, destinada a paliar la escasez de petróleo, no tardó en volverse en contra, ya que los precios se duplicaron con creces. Las protestas se extendieron, aprovechando un sentimiento más amplio de descontento por la corrupción endémica del Estado, la desigualdad de ingresos y las dificultades económicas que se han visto agravadas por la pandemia de coronavirus.

A pesar de ser la más rica de las repúblicas de Asia Central en renta per cápita, la mitad de la población de Kazajstán -el noveno país del mundo por territorio- vive en comunidades rurales, a menudo aisladas, con escaso acceso a los servicios públicos.

Mientras los vastos recursos naturales del país han hecho increíblemente rica a una pequeña élite, muchos kazajos de a pie se sienten abandonados. Se calcula que alrededor de un millón de personas, de una población total de 19 millones, viven por debajo del umbral de la pobreza.

La inflación anual se acerca al 9%, la más alta en más de cinco años, lo que ha llevado al banco central a subir los tipos de interés al 9,75%.

¿QUIÉN ESTÁ AL MANDO?

El diplomático de carrera Kassym-Jomart Tokayev, de 68 años, fue elegido presidente en 2019 con la promesa de continuar con las políticas ampliamente proempresariales de su predecesor, Nursultan Nazarbayev, que lleva mucho tiempo en el cargo. Pero Nazarbayev, un antiguo miembro del Politburó soviético que dirigió Kazajistán durante casi tres décadas, era ampliamente visto como el verdadero poder detrás del trono.

Tokayev ha aprovechado las protestas -que en ocasiones han tenido como objetivo los símbolos de la era Nazarbayev, incluidas las estatuas- para despedir al ex presidente, de 81 años, de su puesto como jefe del poderoso Consejo de Seguridad.

Nazarbayev no ha hecho comentarios ni apariciones públicas desde que estallaron las protestas y sigue sin estar claro hasta qué punto la revuelta debilitará la considerable influencia que él y su familia han seguido ejerciendo en la política y los negocios.

Tokayev también despidió al sobrino de Nazarbayev, Samat Abish, como segundo al mando de la policía de seguridad. La hija mayor de Nazarbayev, Dariga, ex presidenta del Senado y todavía legisladora, ha sido mencionada en el pasado como posible futura presidenta.

PERSPECTIVAS ECONÓMICAS

El producto interior bruto per cápita de Kazajistán en 2020 fue de 9.122 dólares, según datos del Banco Mundial, ligeramente por encima del de Turquía y México, pero por debajo de su máximo anual de casi 14.000 dólares en 2013.

El gobierno de Tokayev introdujo un paquete de estímulo por valor del 6% de la producción nacional para ayudar a las pequeñas y medianas empresas a capear la pandemia del COVID-19.

El Banco Mundial ha previsto un crecimiento económico del 3,5% en 2021, que aumentará al 3,7% este año y al 4,8% en 2023. Ha instado a Kazajstán a impulsar la competencia y a limitar el papel de las grandes empresas estatales en la economía, a abordar la desigualdad social y a crear unas condiciones económicas más equitativas.

DERECHOS HUMANOS Y LIBERTADES

Los países occidentales y los grupos de defensa de los derechos han criticado durante mucho tiempo a Kazajistán por su sistema político autoritario, su intolerancia a la disidencia, las restricciones a las libertades de los medios de comunicación y la falta de elecciones libres y justas, aunque también se le ha considerado menos represivo y volátil que sus antiguos vecinos soviéticos.

Amnistía Internacional afirmó que las protestas de esta semana eran el resultado de la "represión generalizada de los derechos humanos básicos" por parte de las autoridades, y pidió la liberación de todas las personas detenidas arbitrariamente y la investigación de los abusos cometidos por el Estado en el pasado.

"Durante años, el gobierno ha perseguido implacablemente la disidencia pacífica, dejando al pueblo kazajo en un estado de agitación y desesperación", ha declarado Marie Struthers, directora de Amnistía para Europa Oriental y Asia Central.