Las fuerzas de seguridad frustraron el domingo un intento de golpe de Estado en la República Democrática del Congo en el que hombres armados atacaron los domicilios de altos cargos y ocuparon brevemente la oficina de la presidencia en la capital, Kinshasa, según informaron las autoridades.

¿QUÉ OCURRIÓ?

En las primeras horas del domingo, un grupo de unos 50 hombres armados con trajes de faena de camuflaje atacaron las residencias del primer ministro, del ministro de Defensa y de un político de alto rango con posibilidades de convertirse en presidente del Parlamento, según el ejército.

Las autoridades lo calificaron de intento de golpe de estado.

Los asaltantes irrumpieron en el Palacio de la Nación, un gran edificio porticado en el centro de Kinshasa que alberga la oficina del presidente Félix Tshisekedi.

Vídeos compartidos en línea que Reuters no ha verificado muestran a hombres armados arremolinándose en torno a la entrada de la presidencia, cuyas puertas de cristal han sido destrozadas. Enarbolan la bandera del Zaire, antiguo nombre del Congo. Uno grita: "Félix vamos a por ti". Otros corean: "Viva Zaire".

Poco después, las fuerzas de seguridad entraron en acción y mataron al líder del grupo, el político congoleño afincado en Estados Unidos Christian Malanga, y a otras tres personas. Alrededor de otras 40 personas fueron detenidas, según el ejército.

¿QUIÉN ERA CHRISTIAN MALANGA?

En su página web, Malanga, de 41 años, se refería a sí mismo como el "Presidente del Nuevo Zaire" y jefe de un gobierno en el exilio. El sitio no menciona planes para tomar el poder por la fuerza, pero esboza la visión de Malanga para el país bajo su liderazgo.

Una biografía en línea le describe estableciéndose en Estados Unidos como niño refugiado, regresando al Congo para servir como oficial luchando contra los rebeldes en el este, y haciendo campaña para avivar la oposición a la actual clase política congoleña, a la que acusa de corrupción y mala gestión.

Malanga, que ya había amenazado anteriormente en las redes sociales con derrocar a Tshisekedi, intentó por primera vez un golpe de Estado abortado en 2017, según el portavoz del ejército Sylvain Ekenge.

El ejército ha compartido una foto de su cuerpo tendido sobre la hierba con el traje de faena manchado de sangre.

¿QUIÉN MÁS ESTUVO IMPLICADO?

Las autoridades congoleñas dijeron que entre los participantes en la intentona golpista había extranjeros y ciudadanos congoleños. Tres ciudadanos estadounidenses, entre ellos el hijo de Malanga, estaban entre los detenidos, dijo Ekenge.

El ejército compartió un vídeo de un gran grupo de presuntos participantes en el golpe detenidos sentados en el suelo mientras guardias armados permanecen a su lado. Visten de camuflaje y llevan banderas del Zaire colgadas de los hombros. Dos de los detenidos en el vídeo parecen ser hombres blancos. Uno tiene moratones alrededor de los ojos y el rostro del otro está ensangrentado.

Ekenge dijo a Reuters que uno de los asaltantes era el ciudadano estadounidense Benjamin Zalman-Polun. Los medios de comunicación locales lo describieron como un empresario de la marihuana medicinal que también tenía intereses mineros con Malanga. Reuters no pudo ponerse en contacto con Zalman-Polun ni con sus representantes para obtener sus comentarios.

Documentos judiciales estadounidenses, vistos por Reuters, muestran que un acusado con el mismo nombre se declaró culpable en 2014 de poseer o distribuir al menos 20 kg de marihuana.

En el vídeo del ministerio, un detenido descrito como reclutador para la causa de Malanga dice que éste había planeado proclamarse presidente.

"Indicó que contaba con el apoyo de los estadounidenses, pero nos damos cuenta de que en realidad no lo tenía", afirma el detenido.

El embajador estadounidense ha dicho que Estados Unidos cooperará plenamente con las autoridades congoleñas y exigirá responsabilidades a cualquier ciudadano estadounidense implicado.

¿QUÉ SIGNIFICA ESTO PARA EL CONGO?

La rapidez con la que se sofocó la intentona golpista sugiere que los conspiradores no suponían una gran amenaza, pero el hecho de que atacaran objetivos destinados a ser altamente seguros es motivo de preocupación, afirmó Tresor Kibangula, analista político del instituto de investigación congoleño Ebuteli.

"Todo se llevó a cabo con un grado desconcertante de aparente falta de preparación e improvisación, lo que plantea una serie de preguntas: ¿actuó (Malanga) solo? ¿Y los fallos en los dispositivos de seguridad de la capital?".

El drama llega en un momento delicado para el presidente Tshisekedi, que lucha por frenar una ofensiva de dos años de los rebeldes apoyados por Ruanda en el este del Congo que amenaza con desbordarse en un conflicto más amplio.

Cinco meses después de la disputada reelección de Tshisekedi, la coalición gobernante no ha conseguido formar gobierno debido a las rivalidades internas por los puestos, a pesar de contar con una amplia mayoría en el parlamento.