La crisis pone de relieve los retos que tiene por delante Noboa, que asumió el poder en noviembre tras prometer durante la campaña electoral que frenaría la violencia, ya que las bandas de narcotraficantes transportan cada vez más cocaína a través de Ecuador.

¿POR QUÉ SE HA DETERIORADO LA SEGURIDAD EN ECUADOR?

La seguridad en Ecuador ha empeorado desde la pandemia del coronavirus, que también golpeó la economía de la nación andina.

El número de muertes violentas ascendió a 8.008 en 2023, según el gobierno, casi el doble que en 2022. La violencia saltó al terreno político el año pasado, cuando fue asesinado un candidato presidencial anticorrupción.

El gobierno culpa de la situación al creciente alcance de las bandas de traficantes de cocaína, que han desestabilizado franjas de Sudamérica.

Dentro de las prisiones ecuatorianas, las bandas se han aprovechado del débil control del Estado para ampliar su poder. La violencia en las prisiones se ha vuelto cada vez más habitual, con el resultado de cientos de muertos en incidentes que las autoridades han atribuido a las batallas entre bandas por el control de las cárceles.

Guayaquil, la ciudad costera más grande de Ecuador, está considerada la más peligrosa del país, y sus puertos actúan como centro del contrabando de drogas.

Noboa, de 36 años, ha estado pregonando su "Plan Fénix" para la seguridad, que incluye la creación de una nueva unidad de inteligencia, armas tácticas para las fuerzas de seguridad, nuevas prisiones de alta seguridad y el refuerzo de la seguridad en puertos y aeropuertos.

Costará unos 800 millones de dólares, dijo, aunque 200 millones en nuevas armas para el ejército ecuatoriano serán aportados por Estados Unidos.

¿QUÉ CAUSÓ EL ESTALLIDO DE VIOLENCIA DE ESTA SEMANA?

La policía dijo el domingo que Adolfo Macías, el líder de la banda criminal Los Choneros, había desaparecido de la prisión donde cumplía una condena de 34 años. Las autoridades intentan localizarle.

Mientras tanto, se produjeron incidentes de violencia en al menos seis prisiones a partir del lunes. Hasta el miércoles, más de 100 guardias y otros miembros del personal seguían secuestrados por los presos. En Riobamba, capital de una provincia del centro de Ecuador, 39 reclusos se fugaron de una prisión, aunque algunos han sido recapturados.

La violencia se extendió a las calles el martes, con dos policías muertos en la provincia de Guayas, donde se encuentra Guayaquil.

Siete policías también fueron secuestrados en todo el país, aunque tres han sido liberados.

La violencia se manifestó de forma más dramática cuando un grupo armado irrumpió en un estudio de televisión durante una emisión en directo y retuvo a los periodistas a punta de pistola. Más de una docena de personas del grupo fueron detenidas.

También se confirmaron explosiones en varias ciudades el martes, aunque no se registraron heridos.

Noboa, que ha prometido no negociar con "terroristas", ha dicho que la violencia es una reacción a los planes de su gobierno de construir una nueva prisión de alta seguridad para los líderes de las bandas encarcelados.

¿QUÉ ESTÁ HACIENDO EL GOBIERNO PARA ATAJAR EL PROBLEMA?

Noboa declaró el lunes el estado de emergencia durante 60 días -una herramienta utilizada por su predecesor Guillermo Lasso con escaso éxito-, habilitando patrullas militares, incluso en las prisiones, y estableciendo un toque de queda nocturno nacional.

En un decreto actualizado publicado el martes por la tarde, Noboa dijo que reconocía un "conflicto armado interno" en Ecuador e identificó a varias bandas criminales como grupos terroristas, incluidos Los Choneros. El decreto ordenaba a las fuerzas armadas neutralizar a los grupos.

Setenta personas han sido detenidas desde el lunes en respuesta a incidentes como la toma del canal de televisión, dijo la policía el miércoles.

Las escuelas cerraron el miércoles en todo el país, las clases se impartieron de forma virtual y muchos negocios optaron por cerrar durante el día.

La coalición de Noboa, una amplia alianza de grupos de centro-izquierda, centro-derecha y centristas, tiene mayoría en la Asamblea Nacional, algo de lo que carecía Lasso, pero algunos ecuatorianos se preguntan por qué el presidente no toma medidas más duras contra las bandas.

Planea celebrar un plebiscito centrado en la seguridad a finales de este año, que incluiría preguntar al público si el gobierno debería deshacer la prohibición de extraditar a ecuatorianos buscados en el extranjero y si debería permitirse la confiscación de bienes de presuntos delincuentes.