La medida se produce después de que el domingo se produjeran daños repentinos en un gasoducto y un cable de telecomunicaciones que conectan Finlandia y Estonia, en lo que los investigadores creen que podría haber sido un sabotaje deliberado.

Por separado, Gran Bretaña dijo que aumentaría su presencia militar en el norte de Europa, incluyendo el despliegue de 20.000 soldados en la región el próximo año, para ayudar a proteger las infraestructuras críticas en un momento de creciente preocupación por el sabotaje ruso.

El presidente ruso, Vladimir Putin, tachó de "basura" la idea de que Rusia dañó el gasoducto Balticconnector y sugirió que tales afirmaciones se inventaron para desviar la atención de lo que, según él, fue un ataque occidental a los gasoductos Nord Stream el año pasado.

Los investigadores finlandeses no han dicho quién causó el incidente, ni lo han relacionado con el sabotaje del Nord Stream, ocurrido el pasado septiembre.

Los sismólogos nórdicos y bálticos dijeron que habían detectado ondas similares a explosiones el domingo, pero que los datos no eran lo suficientemente fuertes como para determinar si hubo explosivos implicados.

El anuncio británico se produjo tras una reunión de los líderes de Gran Bretaña y de los países nórdicos y bálticos en la isla báltica de Gotland, durante la cual se discutieron los daños sufridos por la tubería y el cable.

El primer ministro británico, Rishi Sunak, también se reunió con el primer ministro noruego, Jonas Gahr Stoere, y ambos coincidieron en la necesidad de reforzar la seguridad en torno a las infraestructuras submarinas. Noruega suministra a través de gasoductos cerca de un tercio de todo el gas que se consume en Gran Bretaña.

La interrupción del gasoducto Balticconnector hace que Finlandia dependa más de la importación de gas a través de la unidad flotante de almacenamiento y regasificación (FSRU) Exemplar, instalada el año pasado en Inkoo, la mayor de las dos instalaciones finlandesas de recepción de GNL.

Las terminales por sí solas pueden compensar el suministro perdido por el gasoducto dañado, según los observadores del mercado, y darían a Finlandia capacidad suficiente para cubrir los picos de demanda invernal.

El Ministerio del Interior finlandés informó de que ha puesto en marcha un grupo de trabajo con el objetivo de añadir el puerto de Inkoo a un decreto nacional sobre restricciones de movimiento y permisos de residencia.

"El decreto contiene los puntos en los que la circulación y la residencia están restringidas en virtud de la Ley de Policía", señaló en un comunicado.

Actualmente hay 230 instalaciones en la lista de zonas restringidas del Ministerio del Interior.

Inkoo es también el punto de desembarco en el extremo finlandés del oleoducto dañado.