Argentina, que se vio obligada a reestructurar más de 100.000 millones de dólares en deudas con acreedores privados y el Fondo Monetario Internacional en los últimos dos años, ha estado luchando contra la fuga de capitales, un peso débil y una inflación que alcanzará el 100% este año.

Los bonos soberanos de la nación sudamericana ya cotizan a niveles de impago en torno a los 20 centavos de dólar, un reflejo de cómo los inversores temen problemas para cumplir con los pagos que empiezan a vencer en 2023-2025 de la deuda local e internacional.

Fitch dijo en un comunicado que la rebaja de la calificación reflejaba los graves desequilibrios macroeconómicos de Argentina y la limitada liquidez externa, que "socavan cada vez más la capacidad de reembolso a medida que el servicio de la deuda en moneda extranjera aumenta en los próximos años".

Añadió que un nuevo acuerdo del FMI alcanzado a principios de este año para reemplazar un enorme programa fallido de 2018 "aún no ha demostrado ser un ancla fuerte" para las políticas económicas necesarias para reconstruir las agotadas reservas netas de divisas y recuperar el acceso al mercado.

Argentina, el principal exportador mundial de soja procesada y el número 3 de maíz, ha enfrentado durante mucho tiempo una crisis económica, con años de alta inflación y una falta de confianza en la moneda peso.

Fitch dijo que los controles de capital habían ayudado a limitar la fuga de dólares del país, pero que "no habían frenado totalmente las salidas". Dijo que las reservas de divisas se habían recuperado hasta unos 5.500 millones de dólares tras un reciente estallido de las exportaciones de soja, pero que se enfrentaban a más presiones en el futuro.

"El BCRA (banco central) está endureciendo los controles cambiarios, lo que podría contener la caída de las reservas, pero la acumulación sostenida que se pretende en el FEP (programa del FMI) parece improbable en ausencia de un cambio integral en la política cambiaria", dijo.

Fitch añadió que el crecimiento de este año probablemente se situará en un mejorado 4,6%, mientras que espera que la inflación alcance el 100%, frente al 51% del año pasado.