Gran Bretaña puso en marcha en mayo del año pasado un sistema nacional de comercio de emisiones (ETS) para sustituir al ETS de la Unión Europea tras su salida del bloque.

El régimen abarca unas 1.000 centrales eléctricas, fábricas y compañías aéreas que representan alrededor de un tercio de las emisiones británicas.

El transporte marítimo no ha sido incluido hasta ahora en el esquema de Gran Bretaña ni en el de la UE, y la Unión Europea también pretende cobrar al transporte marítimo por sus emisiones ante la resistencia de algunos miembros del sector.

"Proponemos incluir el transporte marítimo nacional en el régimen de comercio de derechos de emisión del Reino Unido para mediados de 2020 y trataremos de dar más detalles sobre el calendario de aplicación a finales de este año", dice el documento de consulta del Departamento de Empresa, Energía y Estrategia Industrial.

En el marco del régimen de comercio de derechos de emisión, el gobierno establece un tope gradualmente decreciente sobre la cantidad de emisiones que un sector, o grupo de sectores, puede producir. Crea permisos de carbono para esas emisiones y las empresas deben comprar uno por cada tonelada de dióxido de carbono (CO2) que emitan.

La consulta dice que también tratará de ajustar el tope del ETS a partir de 2024 para alinearlo con el objetivo del país de alcanzar las emisiones netas cero en 2050.

Muchos participantes en el régimen han pedido al gobierno que lo vincule al régimen europeo, lo que permitiría que los permisos se intercambiaran entre ellos para crear un precio del carbono compartido e impulsar la liquidez.

Los permisos de carbono de referencia en el régimen británico se negocian en torno a las 77 libras (101,50 dólares) por tonelada, y el contrato equivalente en la UE ronda los 78 euros (85,91 dólares) por tonelada.

"Estamos abiertos a la posibilidad de vincular el RCCDE a nivel internacional y seguiremos trabajando en colaboración con otras jurisdicciones", dice el documento.

(1 dólar = 0,7586 libras)

(1 dólar = 0,9079 euros)