El Congreso Laboral Nigeriano (NLC), que representa a millones de trabajadores de la mayoría de los sectores de la nación de África Occidental, convocó el viernes una huelga de dos días como preparación para una huelga indefinida el 21 de septiembre.

Tinubu, que heredó una economía en dificultades con una deuda récord y una elevada inflación, suprimió una popular pero costosa subvención a la gasolina que hizo que los precios de los surtidores se triplicaran con creces. También levantó las restricciones monetarias, lo que provocó un fuerte debilitamiento del naira.

"La acción de hoy es ver cómo el gobierno puede dar marcha atrás en su política porque todas las familias están sintiendo el dolor de las duras políticas... que han provocado el aumento astronómico del transporte, los alimentos, los bienes y los servicios... por nombrar sólo algunos", declaró el secretario del NLC en el estado de Bayelsa, Angese John.

Los sindicatos organizaron una huelga hace un mes pero suspendieron su acción tras una oferta de conversaciones con el gobierno, pero éstas no dieron lugar a concesiones suficientes para aplacar a los trabajadores organizados.

La mayoría de los bancos de la capital, Abuja, permanecieron cerrados el martes, mientras que los trabajadores del sector eléctrico fueron encerrados en sus locales por los sindicatos, lo que provocó cortes de electricidad en la mayoría de los hogares y oficinas de la capital.

"Estamos todos fuera mientras que otros trabajadores se han ido a casa. Ahora, ni siquiera hay suministro en el centro de Abuja", dijo un trabajador de la electricidad.

En Lagos, la capital comercial, la huelga fue más silenciosa porque la mayoría de los trabajadores están empleados en el sector privado, menos sindicado, mientras que en algunas partes del estado de Kano los funcionarios sindicales imponían la permanencia en casa en escuelas y bancos.