Italia no tiene previsto retrotraer a antes de 2024 los próximos recortes a los costosos incentivos fiscales para la renovación de viviendas, según declaró el jueves un ministro del Tesoro, en un esfuerzo por aliviar los temores sobre el impacto de las restricciones.

El Gobierno ha afirmado que necesita restringir los incentivos, que han costado al Estado más de 200.000 millones de euros (215.000 millones de dólares) en cuatro años, para mantener bajo control las crujientes finanzas estatales italianas, sometidas a un minucioso escrutinio por parte de las agencias de calificación.

El incentivo más generoso, el llamado "Superbonus", permitía a los propietarios de viviendas deducir de sus impuestos el coste de las obras de ahorro energético durante un periodo de 4 a 10 años, o utilizar el crédito fiscal como forma de pago al tratar con constructores o bancos.

Roma ha dicho que planea cambiar las medidas para que la gente sólo pueda deducir el coste de las obras realizadas de las facturas fiscales durante un periodo de diez años.

Algunos legisladores habían sugerido que el cambio podría retrotraerse para cubrir los gastos incurridos desde principios de 2023 o incluso antes, lo que provocó las protestas de bancos y empresas que dijeron que esa medida devaluaría los créditos fiscales que ya habían tomado como forma de pago.

El jueves, el subsecretario de Hacienda, Federico Freni, dijo a los periodistas que los cambios no se retrotraerían a antes de enero.

"Por tanto, un gasto realizado en diciembre de 2023 no es susceptible de devengo obligatorio a lo largo de 10 años", dijo.

"La disposición de los 10 plazos anuales iguales será una obligación y no una opción para el contribuyente".

Los lobbies nacionales de la banca y la construcción de Italia afirmaron el miércoles que cualquier intervención retroactiva tendría el mayor impacto sobre las empresas, los bancos y los ciudadanos.

El nuevo freno llega después de que el gobierno bloqueara en marzo la opción de vender los créditos fiscales derivados de las obras de construcción, con pocas excepciones.

El Tesoro considera que la deuda pública italiana, la segunda mayor de la zona euro en proporción a la producción, aumentará hasta casi el 140% del PIB hasta 2026 debido al coste de los incentivos.

(1 dólar = 0,9318 euros) (Edición de Andrew Heavens)