La noticia se produjo después de que el primer ministro Fumio Kishida diera instrucciones la semana pasada a la coalición gobernante para que elaborara las medidas necesarias en las próximas dos semanas.

Las exigencias de los políticos mantendrán al gobierno de Kishida bajo presión para gastar aún más, lo que podría aumentar la carga de la deuda pública, sobre todo antes de unas elecciones como las locales previstas en todo el país en abril.

El Partido Liberal Democrático (PLD) y su pequeño aliado de coalición, el Komeito, pretenden elaborar sus propias propuestas la próxima semana antes de que el gobierno recopile las medidas, entre las que se incluye la repetición de las ayudas de 50.000 yenes que se adoptaron por primera vez el año pasado.

La paga por hijo se dirigirá a los hogares monoparentales con bajos ingresos y a los exentos del impuesto de residencia, informó la cadena pública NHK.

Los hogares japoneses están lidiando con la intensificación de las presiones del coste de la vida en medio de la elevada inflación de la energía y los alimentos.

Las rondas de fuertes gastos de estímulo han agravado la deuda pública más pesada del mundo industrializado, con más del doble del tamaño de la economía japonesa, la tercera mayor del mundo.

Por ahora, se espera que el gobierno recurra a las reservas de emergencia ya destinadas al presupuesto del próximo año fiscal. Pero un mayor gasto podría agravar los problemas de endeudamiento de Japón.

Uno de los principales partidos de la oposición también presentará leyes al parlamento, ofreciendo ayudas en efectivo por el mismo importe que la coalición gobernante.

(1 $ = 136,1000 yenes)