Japón planea introducir medidas para restringir el uso del gas urbano y apoyar la adquisición de combustible en caso de una interrupción a gran escala de las importaciones de gas natural licuado (GNL), en medio de los persistentes temores sobre el suministro energético de Rusia.

El plan ha sido discutido desde julio por un grupo de trabajo de expertos externos en energía. Japón, que carece de recursos, se enfrenta a un riesgo histórico de seguridad energética ante la creciente amenaza de cortes en el suministro de gas procedente del proyecto Sajalín-2 en Rusia, en un momento en que el suministro mundial es escaso y los precios al contado están por las nubes.

Un informe sobre el gas urbano elaborado el lunes por el grupo de trabajo dependiente del Ministerio de Industria incluye un plan que permite a la empresa estatal Japan Oil, Gas and Metals National Corp (JOGMEC) comprar GNL en nombre de los proveedores de gas urbano en caso de que las empresas no puedan adquirir el combustible.

Dicho esquema se añadió a la Ley de Negocios de Electricidad que regula el sector eléctrico hace unos dos años, pero no está incluido en la Ley de Negocios de Gas que regula el sector del gas. El esquema nunca se ha utilizado, según el Ministerio de Industria.

Se aconseja a las empresas de gas que hagan los preparativos con antelación para que el aprovisionamiento alternativo y las compras a otros compradores de GNL, incluidas las empresas eléctricas, puedan realizarse sin problemas en caso de interrupción del suministro, según el informe.

Por el lado de la demanda, Japón también puede realizar las modificaciones legales necesarias para obligar a los usuarios de gas de las ciudades a restringir el uso de este energético durante las crisis graves de suministro.

Ya existe un plan de este tipo para el sector de la electricidad, pero no para el del gas.

El gobierno pretende hacer efectivas las medidas antes de que aumente la demanda de calefacción en invierno, dijo un funcionario del Ministerio de Industria. (Información de Yuka Obayashi, edición de Ed Osmond)