"Nuestra esperanza es que los salarios empiecen a subir, y eso podría hacer que nuestro objetivo de inflación del 2% se cumpliera de forma estable y sostenible. Pero tenemos que esperar" algún tiempo, declaró en un panel de la reunión anual del Foro Económico Mundial (FEM).

Kuroda dijo que la decisión del Banco de Japón de ampliar la banda en torno a su objetivo de rentabilidad de los bonos a 10 años era "perfectamente correcta", dejando de lado las críticas de que la medida no había conseguido limar las distorsiones del mercado y, en cambio, alimentaba las especulaciones sobre nuevos retoques en su política de control de la curva de rendimientos.

Los precios al consumo subyacentes de Japón subieron en diciembre un 4,0% respecto al año anterior, el doble del objetivo del 2% fijado por el banco central, alcanzando un nuevo máximo de 41 años y manteniendo vivas las expectativas del mercado de que el banco central podría eliminar gradualmente los tipos de interés ultrabajos.

Kuroda afirmó que la subida de la inflación de diciembre se debió en gran medida al aumento de los costes de importación, y añadió que la inflación al consumo probablemente empezará a ralentizarse a partir de febrero y será inferior al 2% de media en el año fiscal que comienza en abril.

"En conjunto, la política del gobierno, junto con la política extremadamente acomodaticia del Banco de Japón, han logrado cambiar la estructura económica y las perspectivas de crecimiento de Japón", afirmó.

"Pero nuestro objetivo de inflación del 2% no se ha alcanzado de forma sostenible y estable", dijo. "Ése es el único pesar que tengo", dijo Kuroda al hablar de su década al frente del BOJ, que terminará cuando expire su mandato en abril.