La provincia de Kivu del Norte lleva más de dos años luchando contra la insurgencia del M23, así como contra la violencia de otras milicias.
El Congo, las Naciones Unidas y las potencias occidentales han acusado repetidamente a Ruanda de apoyar al M23 con sus propias tropas y armas, lo que este país niega.
Ruanda acusa al Congo de financiar y combatir junto a un grupo rebelde hutu, las Fuerzas Democráticas para la Liberación de Ruanda (FDLR), que ha atacado a los tutsis en ambos países.
El M23 afirma que lucha para proteger a los tutsis de rivales como las FDLR, entre cuyas filas se encuentran extremistas hutus que huyeron al Congo tras participar en el genocidio de 1994 contra tutsis y hutus moderados en Ruanda.
"Nos comprometemos a trabajar con los Gobiernos de la RDC, Ruanda y Angola para aprovechar esta prórroga de la tregua para esbozar una serie de pasos que permitan alcanzar un cese duradero de las hostilidades...", declaró en un comunicado la portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Adrienne Watson.