El indicador preferido de la Reserva Federal para medir la inflación, el índice de precios de los gastos de consumo personal (PCE), subió un 5,0% el mes pasado con respecto al año anterior, más despacio que la subida de 12 meses del 5,5% registrada en noviembre, según informó el Departamento de Comercio.

El PCE subyacente, que la Reserva Federal utiliza para calibrar el impulso subyacente de la inflación, subió un 4,4% respecto al año anterior, pero en la media más reciente de tres meses en torno al 3,2% sobre una base anualizada.

Ese enfriamiento tiene a los operadores apostando a que la Fed pronto dará por concluida su política monetaria más agresiva en 40 años. Los futuros ligados al tipo de interés oficial de la Reserva Federal dan casi por seguro que la Fed subirá su tipo de referencia hasta el 4,5%-4,75% en su reunión del 31 de enero-1 de febrero, desde el 4,25%-4,5% actual, con otra subida de un cuarto de punto prevista para marzo.

Los operadores sólo ven una posibilidad entre tres de que se produzca otra subida de un cuarto de punto después de eso, y tras el informe reafirmaron sus apuestas sobre recortes de tipos a partir de septiembre.

Los responsables políticos de la Reserva Federal han señalado que esperan que los tipos suban en última instancia un poco más -hasta algo más del 5%- y han dicho que no esperan recortar los tipos este año para asegurarse de que ganan definitivamente la guerra a una inflación demasiado alta.