Las entregas de ayuda de la ONU tendrían que hacerse "en plena cooperación y coordinación con el Gobierno sirio", escribió el jueves el embajador sirio ante la ONU, Bassam Sabbagh, en una carta al Consejo de Seguridad.

El portavoz de la ONU, Stéphane Dujarric, dijo el viernes que la ONU seguía estudiando la carta y consultando con varios socios.

"Dicho esto, estamos comprometidos a prestar asistencia vital a millones de personas necesitadas en el noroeste de Siria, guiados por los principios humanitarios y utilizando todos los medios y modalidades de entrega disponibles", declaró a los periodistas.

El gobierno sirio aprobó el uso del cruce de Bab al-Hawa después de que el Consejo de Seguridad de la ONU no renovara esta semana su autorización para la operación con base en Turquía, que ha estado entregando ayuda humanitaria a millones de personas en el noroeste de Siria en manos de los rebeldes desde 2014.

Los 15 miembros no llegaron a un acuerdo el martes después de que Rusia vetara una propuesta de prórroga de nueve meses. La autorización del Consejo era necesaria porque el gobierno sirio no había aceptado previamente la operación de la ONU.

"Habíamos preposicionado mucho material en la zona antes de la fecha límite. Así que tenemos ayuda humanitaria en el lugar, pero obviamente queremos poner las cosas en marcha lo antes posible", dijo Dujarric.

Los sirios que huyeron del gobierno del presidente Bashar al-Assad temen que pronto pueda ahogar una ayuda muy necesaria, ya que Damasco actúa para establecer su dominio sobre la ayuda de la ONU en el noroeste controlado por los rebeldes, el último gran bastión de la oposición siria.

"Nuestro principio rector en Siria y en todas partes es nuestro compromiso de prestar ayuda humanitaria guiados por los principios humanitarios de no injerencia, de imparcialidad", dijo Dujarric.

Una violenta represión por parte de Assad contra manifestantes pacíficos a favor de la democracia en 2011 desembocó en una guerra civil, con Moscú respaldando a Assad y Washington apoyando a la oposición. Millones de personas huyeron de Siria y millones más se desplazaron internamente. Desde entonces, los combates han disminuido y Assad ha recuperado el control de la mayor parte de Siria.