El tramo restante del acuerdo global "Basilea III", acordado entre el G20 y otras naciones, incluye salvaguardas como límites a que los grandes bancos utilicen sus propios modelos internos para calcular los colchones de capital.

El colapso del Silicon Valley Bank y de otros prestamistas en Estados Unidos, cuyas consecuencias se propagaron por Europa, y la adquisición forzosa del Credit Suisse por parte de UBS han puesto en el punto de mira el capital y la liquidez de los bancos.

"Se trata de un gran paso adelante que contribuirá a garantizar que los bancos europeos puedan seguir operando también ante perturbaciones, crisis o catástrofes externas", declaró Elisabeth Svantesson, ministra de Finanzas de Suecia, país que ostenta la presidencia de la UE.

El acuerdo entre los Estados de la UE y el Parlamento Europeo introduce por fases algunos elementos del acuerdo de Basilea III a partir de 2025, dos años después de la fecha límite acordada a nivel mundial.

El paquete incluye nuevos elementos para proteger a los bancos de los riesgos del sector de las criptomonedas y garantizar la mejora de la información y la divulgación por parte de los bancos en relación con los combustibles fósiles.

También endurece los requisitos para las sucursales en la UE de bancos de terceros países o extracomunitarios, y la supervisión de sus actividades en el bloque, una cuestión que ha saltado a la palestra tras la salida de Gran Bretaña de la UE.

También hay nuevas normas para garantizar que los altos ejecutivos de los bancos sean "aptos y adecuados" para el puesto.

La UE es la primera gran jurisdicción en alcanzar un acuerdo sobre las normas restantes de Basilea III, por delante de Gran Bretaña y Estados Unidos.

"Nos hemos asegurado de que se establezcan una serie de salvaguardias que permitan a los legisladores europeos revisar esta legislación si surgen condiciones no equitativas tras la aplicación de la norma de Basilea por parte de otras jurisdicciones", declaró Gilles Boyer, diputado francés del Parlamento Europeo.