El índice de gestores de compras S&P Global Egypt mejoró hasta 46,9 desde los 46,5 de marzo, pero aún se mantuvo por debajo del umbral de 50,0 que separa el crecimiento de la contracción.

"Aunque se suavizó ligeramente con respecto a marzo, la contracción siguió siendo la segunda más rápida en poco menos de dos años, ya que las empresas informaron a menudo de que habían realizado recortes debido al aumento de los costes de los insumos", declaró S&P Global.

La subida de los precios mundiales de los alimentos y las materias primas siguió provocando fuertes descensos de la producción y de los nuevos pedidos, pero a un ritmo ligeramente más lento, ya que el subíndice de los precios generales de los insumos subió a 58,3 desde los 58,6 de marzo y el de los costes de compra subió a 58,8 desde los 59,1 de marzo.

"Las presiones sobre los costes surgieron en gran medida del aumento de los precios de la energía y las materias primas debido a la guerra en Ucrania", señaló S&P Global.

"Muchos panelistas también comentaron la reciente devaluación de la libra egipcia. A pesar de suavizarse ligeramente, la tasa de inflación general de los precios de los insumos fue fuerte y se mantuvo por encima de la media observada en 2021."

El banco central permitió que la libra se debilitara un 14% frente al dólar el 21 de marzo, tras haber mantenido la divisa prácticamente estable durante los 18 meses anteriores.

La producción y los nuevos pedidos prolongaron en abril una contracción que duraba ya meses, aunque el índice de producción, de 45,3, fue ligeramente mejor que los 44,6 registrados en marzo. El índice de nuevos pedidos mejoró hasta 45,3 desde 45,1.

El subíndice de expectativas de producción futuras mejoró hasta 57,7 desde 52,5 en marzo, cuando se situó en su nivel más bajo desde que se incluyó por primera vez en la encuesta hace 10 años. La cifra de abril seguía siendo la tercera más baja en una década.

"La continuación de la guerra en Ucrania hizo que las empresas esperasen nuevos retos en materia de precios y suministro, lo que se tradujo en otra perspectiva relativamente pesimista para la actividad empresarial", declaró David Owen, economista de S&P Global.