El índice au Jibun Bank de gestores de compras del sector manufacturero de Japón bajó en diciembre hasta un 48,9 ajustado estacionalmente desde el 49,0 final de noviembre.

Aunque ligeramente superior a la cifra flash de 48,8, la lectura fue la más débil desde octubre de 2020 y marcó el segundo mes por debajo de la línea de 50 que separa la contracción de la expansión.

"El retroceso se centró en gran medida en el entorno actual de la demanda, que es débil tanto a nivel internacional como nacional", declaró Laura Denman, economista de S&P Global Market Intelligence, que elabora la encuesta.

La producción y los nuevos pedidos prolongaron su contracción por sexto mes consecutivo en diciembre, aunque a ritmos más lentos que el mes pasado, según mostraron los subíndices de la encuesta.

Aunque la encuesta mostró que la inflación de los precios de los insumos se estaba enfriando hasta un mínimo de 15 meses, lo que indica una relajación de las presiones de los costes, el resto de los resultados apuntaban a unas perspectivas más sombrías para Japón Inc. a principios de 2023.

Los fabricantes preveían un nuevo empeoramiento de sus condiciones empresariales, y el subíndice de la producción futura alcanzó el nivel más bajo desde mayo, cuando los cierres COVID-19 de China interrumpieron las cadenas de suministro de las empresas japonesas.

"Los indicadores prospectivos pintan cada vez un panorama más sombrío para el sector manufacturero japonés en el futuro", afirmó Denman.

La encuesta corrobora los débiles datos de producción fabril publicados la semana pasada, que mostraron una contracción por tercer mes consecutivo en noviembre.

Los analistas prevén que la producción japonesa se mantenga moderada durante los próximos meses debido a la caída de la demanda exterior, con la situación del coronavirus en China como nuevo riesgo a la baja.