PEKÍN, 18 ene (Reuters) - La economía de China se aceleró en el cuarto trimestre, con un crecimiento que superó las expectativas, cerrando un difícil 2020 por el coronavirus en un envidiable estado de forma, y parece dispuesta a continuar el crecimiento este año pese a que la pandemia no pierde fuerza.

El producto interior bruto creció un 2,3% en 2020, según mostraron datos oficiales publicados el lunes, lo que convirtió a China en la única economía importante del mundo que evitó una contracción el año pasado, mientras muchas naciones se encontraban con dificultades para contener la pandemia de COVID-19. Es previsible que China continúe siendo la que más crezca de las grandes economías este año, ya que el PIB podría crecer un 8,4%, el ritmo más rápido en una década, según una encuesta de Reuters.

La segunda economía más grande del mundo ha sorprendido a muchos con la velocidad de su recuperación tras la conmoción del coronavirus, sobre todo teniendo en cuenta que los gestores económicos del país han tenido que lidiar con las tensas relaciones entre Estados Unidos y China en comercio exterior y otros frentes.

Las estrictas restricciones al virus de Pekín le permitieron contener en gran medida el brote de COVID-19 mucho más rápido que la mayoría de países, mientras que las medidas de estímulo del Gobierno y el aumento de la producción de los fabricantes chinos para abastecer a muchos países paralizados por la pandemia también han contribuido a fortalecer el impulso.

El PIB creció un 6,5% interanual en el cuarto trimestre, según datos de la Oficina Nacional de Estadísticas, más rápido que el 6,1% pronosticado por los economistas en una encuesta de Reuters, y después de un sólido crecimiento del 4,9% en el tercer trimestre.

"Esta cifra del PIB superior a lo esperada indica que el crecimiento ha entrado en la zona expansiva, aunque algunos sectores permanecen en recuperación", dijo Xing Zhaopeng, economista de ANZ en Shanghái.

"La retirada de las medidas de estímulo supondrá presiones contracíclicas sobre el crecimiento de 2021".

Respaldada por las estrictas medidas de contención del virus y las ayudas del Estado, la economía se ha recuperado de la fuerte caída del 6,8% registrada en los primeros tres meses de 2020, cuando un brote de COVID-19 en la ciudad central de Wuhan se convirtió en una epidemia a gran escala.

EL MOTOR DE EXPORTACIONES ACELERA

La potencia económica de Asia se ha visto impulsada por un sector de exportación que ha mostrado una resistencia sorprendente, pero el consumo de China, un impulsor clave del crecimiento, se ha rezagado respecto a las expectativas debido al miedo a un resurgimiento de los casos de COVID-19.

Los datos de la semana pasada mostraron que las exportaciones chinas crecieron más de lo esperado en diciembre, ya que las interrupciones del coronavirus en todo el mundo impulsaron la demanda de productos chinos pese a que la apreciación del yuan encareció las exportaciones para los compradores extranjeros.

Sin embargo, el crecimiento del PIB de China en 2020 registró su ritmo más débil desde 1976 -el último año de la Revolución Cultural, que duró una década y arruinó la economía-, lo que pone de relieve el impacto de la pandemia de COVID-19. 

En conjunto, la prolongada serie de datos económicos favorables ha reducido la necesidad de más flexibilización monetaria este año, lo que lleva al banco central a retirar parte de sus ayudas, según dijeron a Reuters fuentes consultadas, pero no habría un cambio abrupto en su dirección estratégica, según indicaron responsables económicos.

En términos intertrimestrales, el PIB aumentó un 2,6% en el periodo octubre-diciembre, en comparación con las expectativas de un aumento del 3,2% y una ganancia de 3,0% del trimestre anterior (dato revisado al alza respecto al cálculo original).

Las ventas minoristas cayeron 3,9% el año pasado, lo que supone la primera contracción desde 1968, según las cifras publicadas por el instituto estadístico chino, lo que subraya la debilidad en el consumo. El crecimiento de las ventas minoristas de diciembre no cumplió con las previsiones de los analistas y se redujo desde el 5,0% de noviembre al 4,6%, ya que las ventas de prendas de vestir, cosméticos, telecomunicaciones y automóviles se desaceleraron.

Sin embargo, el vasto sector manufacturero de China continuó ganando impulso, ya que la producción industrial aumentó el mes pasado a una tasa interanual del 7,3%, mayor de lo previsto, alcanzando el nivel más alto desde marzo de 2019.

(Información adicional de Stella Qiu; editado por Shri Navaratnam; traducido por Tomás Cobos)