La economía de México probablemente se desacelerará al compás de una esperada moderación del crecimiento en Estados Unidos, pero el declive podría verse limitado por el aumento de la inversión de las empresas que se trasladan al país latinoamericano, mostró un sondeo de Reuters.

El producto interior bruto (PIB) de México se expandió más de lo previsto desde la segunda mitad de 2022 hasta principios de este año, ya que el bajo desempleo apoyó el consumo privado y las remesas alcanzaron máximos históricos, impulsando un peso "súper" fuerte.

Sin embargo, la segunda mayor economía de la región después de Brasil se desacelerará en los próximos trimestres junto con un enfriamiento previsto en EE.UU. tras una serie de subidas de tipos por parte de la Reserva Federal que se espera llegue a su fin.

El crecimiento del PIB mexicano caerá probablemente del 2,3% este año al 1,5% en 2024, según la mediana de las estimaciones entre 30 analistas encuestados en el periodo comprendido entre el 10 y el 20 de julio. Esto aún representaría una mejora para los dos años combinados, desde las previsiones de la encuesta de abril del 1,5% y el 1,6%, respectivamente.

"Aunque el consumo se ha ralentizado, se mantiene cerca de máximos históricos debido al aumento de los salarios reales, el mayor optimismo derivado de una menor inflación, un tipo de cambio más fuerte y las transferencias del Gobierno", afirmó Gabriela Siller, analista de Banco Base.

Se espera que el banco central mexicano mantenga su tasa de interés clave en un récord de 11.25% hasta los últimos tres meses de 2023, cuando se anticipa un pequeño recorte de 25 puntos base, ya que entonces la inflación se mantendrá relativamente elevada cerca de la marca de 5.0%.

"Hasta ahora, el nivel de los tipos de interés no ha repercutido en la actividad económica... el crecimiento en los próximos trimestres podría verse más afectado por una desaceleración en Estados Unidos, el principal socio comercial de México", dijo Ricardo Aguilar, economista jefe de Invex.

Los analistas señalaron que los movimientos para trasladar la producción a México desde China podrían añadir un impulso. "Si el 'nearshoring' comienza a materializarse este año, vemos tasas de crecimiento anual del 3,0% (en 2023) y superiores al 2% en 2024", dijeron los economistas de Finamex.

El nearshoring se refiere a la tendencia a trasladar la producción más cerca de los compradores norteamericanos y lejos de Asia, donde los embotellamientos de la cadena de suministro durante la pandemia de coronavirus ensombrecieron la ventaja de bajo coste de la región.

En el lado negativo, América Latina se enfrenta a los riesgos del patrón meteorológico El Niño, marcado por un calentamiento de las temperaturas del agua en el océano Pacífico que puede reavivar la inflación alimentaria y afectar a las cosechas. Ya se ha producido algún impacto inicial en Perú y otras naciones andinas.

Al mismo tiempo, los efectos de una contracción del crédito inducida por el periodo más largo de política monetaria de halcones entre las principales economías están reapareciendo en Brasil, donde las estimaciones apuntaban a una posible reducción del crecimiento del PIB del 2,2% en 2023 al 1,5% el próximo año.

La tendencia a la baja debería verse compensada por el aumento del gasto social que, en teoría, podría pagarse con los ingresos fiscales adicionales derivados de las reformas fiscales previstas que el gobierno quiere presentar el mes que viene, incluidas las medidas que afectan a los ricos.

Sin embargo, se espera que la economía argentina empeore, ya que la encuesta muestra un consenso a favor de una contracción del PIB del 3,3% este año y una caída del 0,5% en 2024, frente a las previsiones de una caída del 2,3% y un aumento del 1,0%, respectivamente, de la encuesta de abril.

El gobierno peronista busca alivio en el Fondo Monetario Internacional, mientras Argentina lucha contra una grave crisis financiera que podría agravarse por la falta de reservas internacionales.

(Para otras historias de la encuesta económica mundial de Reuters: )