La economía afgana se ha sumido en una crisis debido a que los gobiernos occidentales han retirado la financiación y han aplicado estrictamente las sanciones, afirmando que el gobierno talibán debe cambiar de rumbo en materia de derechos humanos, especialmente los de las mujeres.

"Pedimos a los países regionales e internacionales, especialmente a los países islámicos... que reconozcan al Emirato Islámico de Afganistán... que liberen todas las sanciones, que descongelen los fondos (del banco central) y que apoyen el desarrollo de Afganistán", dijeron los participantes en la reunión en una declaración, utilizando el nombre del grupo para su gobierno, que no ha sido reconocido formalmente por ningún país.

El líder recluso del grupo se unió a la reunión de tres días de duración de más de 4.000 hombres el viernes, y pronunció un discurso en el que felicitó a los participantes por la victoria de los talibanes y subrayó la independencia del país.

Los talibanes se retractaron del anuncio de que todas las escuelas abrirían en marzo, lo que hizo llorar a muchas niñas que habían acudido a sus institutos y provocó las críticas de los gobiernos occidentales.

En los discursos emitidos por la televisión estatal, un pequeño número de participantes sacó a relucir la educación de las niñas y las mujeres. El líder adjunto de los talibanes y ministro del Interior, Sirajuddin Haqqani, dijo que el mundo había exigido un gobierno inclusivo y educación y que estos temas llevarían tiempo.

Pero el líder supremo del grupo, Haibatullah Akhundzada, que normalmente tiene su base en la ciudad sureña de Kandahar y rara vez aparece en público, dijo que los extranjeros no deberían dar órdenes.

La declaración final de la reunión dijo que la defensa del Emirato Islámico era obligatoria y que el grupo militante Estado Islámico, que ha dicho estar detrás de varios ataques en el país, era ilegal.

Dijo que no interferiría con los países vecinos y que éstos no deberían interferir en Afganistán.