Pekín ha tratado de reactivar el consumo tras una titubeante recuperación posterior a la crisis, pero persiste la preocupación por cuestiones más fundamentales, como el prolongado declive de la vivienda y la inseguridad laboral. Esto ha hecho mella en la actividad industrial y de consumo y ha reforzado las peticiones de políticas más eficaces.
El índice de precios al consumo (IPC) subió en junio un 0,2% respecto al año anterior, frente al repunte del 0,3% de mayo, el más lento en tres meses, según mostraron el miércoles los datos de la Oficina Nacional de Estadística (ONE), por debajo del aumento del 0,4% previsto por los economistas en una encuesta de Reuters.
"El riesgo de deflación no se ha desvanecido en China. La demanda interna sigue siendo débil", afirmó Zhiwei Zhang, economista jefe de Pinpoint Asset Management.
Los precios de los alimentos cayeron aún más, a pesar de las interrupciones del suministro provocadas por el mal tiempo estival, lo que subraya la debilidad de la demanda.
Los precios de los alimentos bajaron un 2,1% interanual, frente al descenso del 2% registrado en mayo. En particular, los precios de las verduras frescas cayeron un 7,3%, frente a la subida del 2,3% de mayo. El descenso de los precios de la fruta fresca se acentuó hasta el 8,7%, frente al 6,7% de mayo.
El IPC bajó un 0,2% intermensual, frente al descenso del 0,1% de mayo y empeorando respecto a la caída del 0,1% prevista.
El índice de precios a la producción (IPP) cayó un 0,8% en junio respecto al año anterior, menos que el descenso del 1,4% del mes anterior, e igualó la caída del 0,8% prevista.
La caída del IPP fue la menor en 17 meses, atribuible sobre todo a una base más baja el año pasado.
"La profundización de los descensos de los precios de fábrica de los bienes de consumo duraderos subraya que el exceso de capacidad de fabricación sigue siendo un problema cada vez más grave", declaró Gabriel Ng, economista adjunto de Capital Economics.
"La política gubernamental sigue dando prioridad a la inversión, lo que agravará aún más el problema. Esto seguirá pesando sobre la inflación", dijo Ng, que estimó que el IPC para todo el año subiría sólo un 0,5%, muy por debajo del objetivo oficial de inflación del 3% para 2024.
Los minoristas chinos han aplicado descuentos en productos que van desde los automóviles hasta el café, mientras navegan por la atonía del gasto de los consumidores en medio de unas perspectivas económicas inestables.
La caída de los precios de la gasolina se aceleró hasta el 6% en junio desde el 5,2% del mes anterior, mientras que los precios de los vehículos nuevos de energía cayeron un 7,4% frente al descenso del 6,9% de mayo, según mostraron los datos de la NBS.
Los repetidos llamamientos de los responsables políticos para que la gente corriente "se atreva a gastar" han suscitado una tibia respuesta. Se espera que los hogares y las empresas pidan menos préstamos, lo que refuerza la necesidad de políticas de apoyo distintas de las subvenciones parciales al comercio de automóviles y bienes de consumo.
En una reunión clave de dirigentes que se celebrará la próxima semana, podría anunciarse una revisión del impuesto sobre el consumo como parte de los cambios del sistema fiscal chino anunciados desde hace tiempo, lo que podría desplazar los incentivos de los funcionarios locales del crecimiento de su base manufacturera a la ampliación de su base de consumidores.
"La suave inflación y los débiles datos de crédito están presentando un caso convincente para una mayor relajación de la política monetaria por parte del banco central de China en los próximos meses", dijo Lynn Song, economista jefe para la Gran China de ING.
La inflación subyacente, que excluye los volátiles precios de los alimentos y la energía, se situó en junio en el 0,6%, sin cambios respecto a mayo.
