El aumento, que fue el más rápido en cuatro décadas, probablemente apuntalará las expectativas del mercado de que el Banco de Japón (BOJ) pueda retirar gradualmente su estímulo masivo retocando su política de control de rendimientos.

La subida del índice de precios al consumo (IPC) subyacente de Tokio, que excluye los alimentos frescos pero incluye el combustible, superó la previsión mediana del mercado del 3,8% y el aumento del 3,6% registrado en noviembre, según mostraron el martes los datos del gobierno.

La última vez que la inflación de Tokio fue más rápida fue en abril de 1982, cuando el IPC subyacente fue un 4,2% más alto que un año antes.

El IPC subyacente de Tokio, que excluye el combustible y los alimentos frescos, fue un 2,7% más alto en diciembre que un año antes, superando el 2,5% de aumento anual registrado en noviembre.

La subida del IPC de Tokio aumenta la posibilidad de que la inflación al consumo a nivel nacional se mantuviera por encima del objetivo del 2% del BOJ en diciembre.

El gobernador del BOJ, Haruhiko Kuroda, ha descartado la posibilidad de una subida de los tipos de interés a corto plazo por considerar que el banco debe seguir apoyando la economía hasta que la actual inflación impulsada por los costes se convierta en una impulsada por la demanda y acompañada de unos salarios más altos.

Pero los tipos de interés a largo plazo de Japón han subido desde que el Banco de Japón sorprendió a los mercados el mes pasado ampliando la banda en torno a su objetivo de rentabilidad de los bonos a 10 años, una medida que los inversores vieron como el preludio de una futura subida de tipos.