¿Qué es una recesión económica?

En primer lugar, hay que dejar claro que una recesión no es necesariamente lo que mucha gente piensa que es. En realidad, es un término preciso que describe una situación concreta: una caída del PIB durante al menos dos trimestres consecutivos, que provoca un aumento de la tasa de desempleo en el país.
 
Esto tiene múltiples consecuencias para la economía real. Por ejemplo, aumenta la pérdida de puestos de trabajo y las empresas se resienten, ya que venden menos debido a la caída de la demanda agregada. Esto afecta a la confianza de los agentes económicos y, a su vez, crea más desequilibrios.
 
Invertir en bolsa durante una crisis es muy arriesgado. Por lo general, se produce una caída más o menos pronunciada del valor de los activos y una gran volatilidad del mercado, lo que puede suponer una pérdida considerable para su cartera.

Productos de primera necesidad y atención sanitaria frente al índice MSCI World

(Fuente: Bloomberg)

Este gráfico muestra la rentabilidad de un índice que sigue los valores del universo de los bienes de consumo básico (MSCI World Consumer Staples Index, USD, cuyas principales ponderaciones son Procter, Nestlé, Coca-Cola, PepsiCo y CostCo) en relación con el MSCI World Index (USD). Puede observarse que los valores defensivos representados por empresas como Nestlé y Walmart han superado históricamente al mercado durante las tres últimas recesiones económicas estadounidenses. Por ejemplo, cuando el mercado perdió un 35% durante el periodo Covid-19, estos valores limitaron sus caídas a, digamos, un 25%.
 
Esto es coherente con la importancia de los bienes de consumo básico, que se ven menos afectados por los ciclos económicos. No obstante, cabe señalar que incluso si invirtiera en este tipo de valores a través de un ETF que siga este índice, seguiría sufriendo pérdidas (a menos que tuviera una sincronización perfecta, lo cual es imposible de predecir).

(Fuente: Bloomberg)

El sector sanitario ha capeado la crisis relativamente bien, con pérdidas menos graves que el conjunto del mercado, pero no ha salido indemne, como demuestran las pérdidas que ha sufrido (MSCI World Health Care Index, USD).
 
Los valores cíclicos, en cambio, sufrieron más que la media. Esto es notable en el sector inmobiliario y en el caso de los bienes y servicios de consumo discrecional, que se consideran no básicos. Esto sugiere, por supuesto, que una mayor proporción de valores defensivos hace que una cartera sea más resistente en tiempos de crisis. 
 
Pero lo ideal sería no centrarse demasiado en tratar de encontrar los mejores puntos de entrada y salida. Es mejor aplicar algunas estrategias que puedan limitar los daños, como diversificar la cartera, especialmente en cuanto a tipos de activos, para contrarrestar el riesgo específico reduciendo el riesgo global. 
 
Invertir pequeñas cantidades durante un largo periodo de tiempo también puede ser una buena idea, para reducir el riesgo de volatilidad. Sin embargo, es crucial realizar un análisis fundamental en paralelo con un plan de inversión a largo plazo. Sí, incluso las empresas más fuertes pueden ser castigadas por el mercado.

Análisis fundamental e identificación de sectores resistentes

  • Estudie los indicadores fundamentales para comprender el estado de la economía y las perspectivas a corto y medio plazo.
  • Identifique los sectores resistentes o que tienden a obtener mejores resultados durante las recesiones, como los bienes de consumo básico, los servicios públicos y la sanidad.
¿Cuándo hay que desconfiar de una recesión?
 
Es importante saber cuándo las cosas empiezan a ir mal, aunque predecir una crisis con un timing perfecto sea imposible. 
 
La inversión de la Curva de Rendimiento Yield Curve, que representa los diferenciales de rendimiento entre los bonos del Estado a largo y corto plazo, ha predicho las últimas 50 recesiones en todo el mundo. A grandes rasgos, cuando esta curva se invierte, la tasa de rendimiento a corto plazo es superior a la tasa de rendimiento a largo plazo. En otras palabras, habría más riesgo en prestar a dos años que a 10 años. Algo que no tiene mucho sentido. Y cuando esta situación mejora (es decir, cuando la curva deja de estar invertida) siempre ha seguido una recesión al 99%. Preferimos decirles que actualmente está invertida. Hay que pensar que si el rendimiento es más alto a corto plazo, no es por nada, siempre hay una razón detrás. En efecto, durante el periodo que precede a una recesión, es necesario ahorrar todo el efectivo posible, porque las oportunidades que ofrece son numerosas y permiten obtener muchos beneficios en poco tiempo. Por lo tanto, el dinero tiene un mayor valor percibido en este momento. 
 
Se puede observar que si hubieras entrado en el S&P500 y en el CAC 40 más fuerte de lo habitual en 2020 (periodo de recesión), habrías multiplicado tu apuesta en sólo 1 año. Aunque siempre solemos insistir en que la rentabilidad pasada es sólo un indicador entre otros para estimar la rentabilidad futura, lo pondré aquí por si acaso.

Periodos de inversión de la curva de rendimientos no seguidos de recesión en EE.UU.

  • 1966: La curva de rendimiento se invirtió brevemente en 1966, pero no le siguió ninguna recesión. En cambio, este periodo se caracteriza por una desaceleración económica y una subida de los tipos de interés de la Reserva Federal para combatir la inflación.
  • 1998: La curva de rendimiento también se invirtió brevemente en 1998, en parte debido a la crisis financiera rusa y al impago del fondo de cobertura Long-Term Capital Management. Sin embargo, en ese momento no hubo recesión en Estados Unidos. El crecimiento económico continuó hasta el estallido de la burbuja tecnológica en 2000, que provocó una recesión en 2001 (esta vez precedida por una inversión de la curva de rendimiento).

Si bien existen estas dos excepciones, hay que señalar que en la otra dirección siempre es así, históricamente una recesión siempre va precedida de una inversión de la curva de rendimiento.

¿Una recesión = Descuentos?

La ventaja crucial de saber esto es poder prepararse para la llegada de tal acontecimiento, ahorrando todo el efectivo posible, para poder aprovechar las diversas oportunidades ligadas a la fuerte caída de los mercados (pánico de los inversores que transfieren su dinero a activos considerados más seguros, como el oro). 
 
A pesar de la tendencia bajista del mercado, los periodos de crisis, aunque muy arriesgados, atraen a los inversores, que los ven como oportunidades poco frecuentes en los mercados. En efecto, durante una corrección recesiva, muchas empresas de calidad ven caer el precio de sus acciones, lo que revela desajustes a explotar con respecto a su valor intrínseco. Históricamente, la lluvia siempre ha sido sustituida por el buen tiempo en los mercados financieros. Así, las situaciones difíciles permiten que surjan interesantes oportunidades de inversión con buenos precios de entrada. 
 
Además, ahorrar dinero también permite disponer de medios para protegerse en caso de dificultades, evitando vender valores en el peor momento. 
 
Por último, para los más expertos, existe la opción de vender en corto en los mercados financieros. Al ser el trading un juego de suma cero, ¡ante grandes pérdidas hay ganancias del mismo tamaño!

Saber ser disciplinado

No hay que pasar por alto el aspecto psicológico. Los periodos de gran volatilidad, que suelen ser sinónimo de pérdidas, no son fáciles de soportar para los inversores. Hay que gestionar las emociones para que no interfieran en las operaciones bursátiles y favorecer únicamente las decisiones racionales.

Adopte un enfoque de inversión a largo plazo

  • Céntrese en la creación de valor a largo plazo y evite las decisiones impulsivas basadas en las fluctuaciones del mercado a corto plazo.
  • Aproveche la recesión como una oportunidad para adquirir acciones de calidad a precios inferiores a su valor intrínseco, u otros activos a precios muy atractivos.
  • Céntrese en empresas con una ventaja competitiva sostenible, una buena gestión y la capacidad de adaptarse a unas condiciones económicas cambiantes.

Gestión activa del riesgo

  • Utilice estrategias de cobertura, como opciones y futuros, para limitar la exposición a los riesgos del mercado.
  • Supervise su cartera con regularidad y reequilíbrela en función de las condiciones económicas y las oportunidades de inversión.
  • Además, es esencial constituir un fondo de emergencia para hacer frente a imprevistos.

Aproveche las oportunidades alternativas

  • Considere la posibilidad de invertir en activos tangibles, como el oro o los bienes inmuebles, que pueden ofrecer protección contra la inflación y las fluctuaciones del mercado.
  • Explore oportunidades de inversión en mercados privados, como el capital riesgo y los bonos convertibles, para diversificar aún más su cartera. Sin embargo, invierta sólo en lo que entienda y nunca apueste dinero que no pueda permitirse perder. "El riesgo proviene de no saber lo que se hace" - Warren Buffett.

Los principales impactos tradicionales de una recesión

  • Desempleo: Una de las consecuencias más notables de una recesión es el aumento del desempleo. Las empresas recortan la inversión y la producción, lo que provoca despidos y reduce la contratación.
  • Menores ingresos: Debido al aumento del desempleo y al menor número de horas trabajadas, los ingresos de los hogares descienden, lo que conlleva un menor consumo y un deterioro de la calidad de vida.
  • Quiebras empresariales: Durante una recesión, muchas empresas se enfrentan a dificultades financieras debido a la caída de la demanda y a la reducción de la inversión. Algunas empresas pueden verse obligadas a declararse en quiebra o a reestructurarse.
  • Reducción de la inversión: Las empresas y los particulares se vuelven más cautos en sus gastos y reducen la inversión debido a la incertidumbre económica. Esto puede provocar un menor crecimiento económico a largo plazo.
  • Disminución de la confianza de los consumidores y las empresas: La recesión provoca una disminución de la confianza de los consumidores y las empresas, lo que a su vez conduce a una reducción del consumo y la inversión. Este descenso de la confianza puede agravar la recesión y prolongar la recuperación económica.
  • Déficits presupuestarios y deuda pública: Los gobiernos pueden enfrentarse a déficits presupuestarios debido a la disminución de los ingresos fiscales y al aumento del gasto social, como las prestaciones por desempleo. Para financiar estos déficits, es posible que los gobiernos tengan que pedir más préstamos, aumentando así la deuda pública.
  • Políticas monetarias y fiscales expansivas: Para estimular la economía y mitigar los efectos de la recesión, los bancos centrales pueden adoptar políticas monetarias expansivas, como la reducción de los tipos de interés y la relajación cuantitativa. Del mismo modo, los gobiernos pueden aplicar políticas fiscales expansivas, como el aumento del gasto público o los recortes fiscales.
  • Desigualdad económica: Las recesiones pueden exacerbar la desigualdad económica, ya que los trabajadores menos cualificados y más vulnerables suelen ser los primeros afectados por los despidos y la disminución de ingresos. Además, las recesiones pueden tener un impacto desproporcionado en determinadas industrias o regiones.

Desarrolle su propia opinión formándose y analizando el mercado con detenimiento. No se deje llevar por quienes afirman que "esta vez es diferente", una frase que hemos oído con cada crisis, subprime y de todo. Por supuesto, cada crisis tiene sus peculiaridades, pero como hemos visto, el mercado siempre se ha recuperado. En resumen, siempre habrá oportunidades, en mercados bajistas (bear market) o alcistas (bull market), sólo hay que darse los medios para identificarlas (aceptando un cierto riesgo de pérdida, a cambio de una ganancia potencial).