Un mes después de que el huracán Otis devastara Acapulco, los temores por la economía local acechan al balneario mexicano con empresas que afirman que los esfuerzos para reparar los daños han sido demasiado lentos para salvar una parte vital de la temporada turística: diciembre.

Otis, el huracán más fuerte que jamás haya azotado la costa mexicana del Pacífico, azotó Acapulco en las primeras horas del 25 de octubre, matando al menos a 50 personas, causando miles de millones de dólares en daños y provocando saqueos generalizados.

Los residentes que aún buscan a sus seres queridos afirman que el número oficial de víctimas mortales es probablemente mucho mayor. El presidente Andrés Manuel López Obrador ha rechazado los informes no confirmados de los medios de comunicación que sugieren que las víctimas mortales podrían haber superado con creces las 300.

López Obrador ha puesto en marcha un plan de recuperación de 3.400 millones de dólares y se ha comprometido a recuperar Acapulco rápidamente, pero las empresas locales dicen que el tiempo se agota rápidamente para este año.

"Acapulco vive sólo de tres temporadas: Diciembre, que es la más importante para nosotros, Semana Santa y un poco de verano. Diciembre es la más esperada y no nos vamos a levantar", dijo Jesús Zamora, responsable de infraestructuras de un organismo turístico local.

"Para la temporada de diciembre ni siquiera tendremos el 50% de los hoteles en funcionamiento, así que aunque quisiéramos tener más turistas, no podríamos acogerlos", añadió.

Los grupos empresariales han estimado los daños en unos 16.000 millones de dólares en Acapulco, que es la ciudad más grande de Guerrero, uno de los estados más pobres de México.

El huracán golpeó el aeropuerto de Acapulco, y los vuelos internacionales no se reanudarán hasta el año que viene. Algunos líderes empresariales temen que la ciudad no se recupere hasta 2025.

"La gente que trabaja en eventos sociales, bodas en la playa y convenciones está desempleada desde ese día", dijo Roberto Buenfil, que trabaja para una empresa de organización de eventos. "Todo lo que había para estos últimos meses del año ya no se celebra".

Las fuerzas de seguridad siguen luchando por limpiar la basura que invade algunas zonas. Hasta ahora se han recogido unas 221.000 toneladas de basura.

La basura se ha recogido más rápido en las zonas céntricas con hoteles que en los barrios periféricos como Renacimiento y Emiliano Zapata, donde el olor a basura podrida ha crecido a medida que se amontonaba, dicen los residentes locales. (Reportaje de Troy Merida y Raquel Cunha; Redacción de Valentine Hilaire; Edición de Leslie Adler)