El comercio de divisas estuvo en general apagado con los mercados de Londres cerrados por el funeral de la Reina.

Se trata de una semana potencialmente importante para la maltrecha divisa, ya que el jueves se reúne el Banco de Inglaterra y se espera que el nuevo ministro de Finanzas, Kwasi Kwarteng, presente el jueves o el viernes su primera declaración fiscal, en la que se prevén más detalles sobre un tope del precio de la energía y recortes de impuestos.

Aunque se espera que el Banco de Inglaterra suba los tipos de interés en al menos 50 puntos básicos (pb) esta semana, la perspectiva de un mayor endurecimiento no ha logrado apuntalar la libra. La Reserva Federal también se reúne esta semana y las expectativas de una subida aún mayor, de al menos 75 pb, han reforzado al dólar.

La libra cotizaba por última vez a 1,1381 dólares, un 0,5% menos en el día y a la vista del mínimo de 37 años alcanzado el viernes a 1,1351 dólares.

La libra esterlina también estaba un poco más débil, en torno a los 87,77 peniques por euro, tras haber tocado el viernes sus niveles más bajos desde principios de 2021, en torno a los 87,83 peniques.

"El impulso es débil y los movimientos han sido fuertes", dijo el analista jefe de Nordea, Jan von Gerich. "Deberíamos ver una estabilización en algún momento, pero es difícil decir cuándo llegará".

La libra esterlina ha bajado aproximadamente un 16% frente al dólar en lo que va de año, lo que la sitúa en camino de su peor año desde 2016, cuando el resultado del referéndum sobre el Brexit sacudió los mercados del Reino Unido.

Aunque la libra esterlina no es la única moneda que ha caído frente al dólar este año, también se ha visto perjudicada por las sombrías perspectivas económicas del Reino Unido.

Gran Bretaña tiene la mayor tasa de inflación entre los grandes países ricos del mundo, pero también corre el riesgo de caer en una recesión.