Nacidos hace unos 20 años, cuando sus países ingresaron en la Unión Europea, una cohorte de jóvenes adultos ha crecido con derechos y libertades como ciudadanos del bloque que sus padres nunca conocieron.

Mientras una franja de países de Europa Central y Oriental conmemora el aniversario de su adhesión el 1 de mayo de 2004, jóvenes checos, polacos y estonios reflexionan sobre el impacto de la UE en sus vidas y su visión del futuro.

Por primera vez, esta generación puede votar en las elecciones europeas, que se celebrarán entre el 6 y el 9 de junio. Aunque se enfrentan a un panorama político muy distinto al de la época comunista de sus padres, las oportunidades se mezclan con las frustraciones.

Se espera que la extrema derecha consiga grandes avances en todos los rincones del continente y la invasión a gran escala de Ucrania por parte de Rusia en 2022 ha llevado la guerra a sus puertas.

Damian Krajza, de 19 años, es agricultor y político local en la ciudad de Luka, al noreste de Polonia. "Sólo hemos visto una forma de vida... tenemos acceso a todo, nos resulta más fácil desarrollarnos, más fácil actuar... gracias, entre otras cosas, a la Unión Europea", afirma.

Pero Krajza considera que Bruselas trata a Europa del Este de forma diferente, sin tener tanto peso. Las políticas medioambientales de la UE perjudicarán a la economía polaca, cree, una de sus motivaciones para entrar en la política local.

Mientras Estados como Polonia reducen la extracción de carbón, cree que los países en desarrollo aumentarán la producción para satisfacer un mercado mundial hambriento de energía. "Destruiremos la economía, nuestra economía, nuestra industria, nuestra industria pesada y nuestra agricultura en favor de la pseudoecología".

Mientras tanto, en la capital, Varsovia, Julia Klimkiewicz, estudiante de 19 años y miembro del consejo local, abraza las oportunidades que, según ella, le ha ofrecido la UE, incluida la posibilidad de viajar libremente y participar en programas de intercambio.

Pero también advierte contra el entusiasmo ciego por la UE, pidiendo en su lugar un compromiso crítico con sus políticas. Ella ve la necesidad de un ejército europeo reforzado, especialmente a la luz de la guerra de Ucrania.

En Praga, Rozalie Vorlova, una estudiante de 20 años, dijo que temía que si la República Checa abandonaba la UE podría ser vulnerable a la influencia rusa.

En Estonia, un país que en su día formó parte de la Unión Soviética y que hoy es reconocido por su vibrante escena de empresas emergentes, el cofundador de 20 años de la empresa emergente de almacenamiento BoxBox, Kevin Kaldalu, agradeció las subvenciones disponibles de la UE. También destacó los beneficios del libre comercio dentro del bloque.

"Realmente no vemos fronteras... Vemos la UE como un todo, un único lugar", afirmó.

Krajza instó a otros jóvenes ciudadanos de la UE a votar.

"Los jóvenes pueden tener una enorme influencia en la formación de la política de la UE, pero deben estar dispuestos a ello, deben acudir a las urnas en las próximas elecciones y votar a los candidatos adecuados o incluso ser ellos mismos candidatos".