Antes de que Rusia invadiera Ucrania, pero fuera acumulando tropas, los responsables políticos de la UE comenzaron a trabajar en diciembre en nuevas sanciones y presentaron una primera lista de posibles medidas a los países de la UE en enero.

Evitaba la mayoría de las importaciones de energía debido a la dependencia de la UE de los combustibles fósiles rusos, especialmente el gas y el petróleo.

Pero incluía una prohibición del carbón, según dijeron a Reuters dos diplomáticos europeos familiarizados con el plan bajo condición de anonimato.

El objetivo era mostrar a Moscú que la UE se tomaba en serio las sanciones energéticas, que son las que más dividen porque golpean directamente a la economía de la UE además de al Kremlin, dijo uno de los funcionarios.

La medida también habría estado en consonancia con la política climática de la UE, que desde hace tiempo apunta al carbón como una de las fuentes de energía más contaminantes que debe ser eliminada.

Pero Alemania, el país de la UE que más depende del carbón importado de Rusia, se opuso, dijeron los funcionarios.

La representación permanente de Alemania ante la UE, que se encarga directamente de las negociaciones sobre las sanciones de la UE, declinó hacer comentarios al respecto.

Cuando se aprobó una primera ronda de sanciones el 24 de febrero, el día en que Rusia comenzó la invasión que describe como una "operación militar especial", no había ninguna señal de prohibición del carbón.

También ha estado ausente en las tres rondas sucesivas de sanciones de la UE que apuntaban a los bancos rusos, los oligarcas, el acero y la defensa.

A medida que la UE avanza en la consecución de suministros energéticos alternativos, incluso mediante un acuerdo sobre el gas estadounidense, Alemania podría estar cambiando su posición.

El ministro de Economía alemán, Robert Habeck, dijo el viernes que Berlín había reducido su dependencia del carbón ruso y que esperaba dejar de importar todo el carbón para el otoño.

Los líderes de la UE también han debatido una prohibición del petróleo ruso, pero los países, entre ellos Alemania, también han criticado esa idea y la oposición a detener las importaciones de gas ruso, que proporcionan alrededor del 40% de las necesidades de la UE, es aún menos popular, según los funcionarios.

En 2020, Berlín fue, con diferencia, el mayor importador de carbón de la UE procedente de Moscú, sobre todo de carbón térmico utilizado para generar electricidad, según datos del grupo de reflexión de la UE Bruegel basados en estadísticas de Eurostat.

Las fuentes dijeron que la idea de una prohibición del carbón estaba en sus primeras etapas cuando Alemania la bloqueó. No se había redactado un documento formal en el que se detallaran las restricciones a la importación, pero la cuestión se había dejado "muy clara" a Alemania, dijo una de las fuentes.

En las conversaciones bilaterales que siguieron, Alemania dijo que no podía apoyar ese plan, dijeron los funcionarios.

"No fue un veto claro" por parte de Berlín, dijo un diplomático, pero "fue suficiente para mantenerlo fuera de los paquetes propuestos".