La presión en el gasoducto submarino cayó de 300 a 7 bares durante la noche.

El gasoducto, de propiedad rusa, que pretendía duplicar el volumen de gas que fluye desde San Petersburgo bajo el mar Báltico hasta Alemania, acababa de completarse y estaba lleno con 300 millones de metros cúbicos de gas cuando el canciller alemán, Olaf Scholz, lo canceló poco antes de que Rusia invadiera Ucrania.

Los países europeos se han resistido a los llamamientos rusos para que permitan el funcionamiento del gasoducto Nord Stream 2, en medio de una escalada del enfrentamiento energético desde el estallido de la guerra.

"Actualmente estamos en contacto con las autoridades competentes para aclarar la situación. Aún no tenemos claras las causas y los hechos exactos", señaló un comunicado del Ministerio de Economía alemán.

El operador con sede en Suiza, que ha sido liquidado legalmente, dijo que había informado a todas las autoridades pertinentes y que la fuga, si esa era la causa, no podía haberse producido en el punto de aterrizaje de Lubmin, en el norte de Alemania.

"Si hubiera sido en Lubmin, se habría oído", dijo el portavoz.

Gazprom remitió las preguntas sobre el incidente al operador del Nord Stream 2.