Fundada y dirigida por el ingeniero israelí Mark Ishakov y con sede en Gibraltar, Etioca no venderá sus taxis, sino que tiene un modelo de negocio basado en las tarifas que pagan los conductores por utilizarlos y en otros servicios, como la publicidad en los medios de comunicación y el blockchain.

"Los vehículos no están a la venta, se entregarán a los conductores para que los utilicen mediante una tarifa global", afirmó el codirector ejecutivo Roberto Fiorello, quien añadió que Etioca prevé generar unos ingresos de alrededor de 1.000 millones de dólares por cada 15.000 vehículos producidos.

"Queremos cotizar en el Nasdaq", dijo.

Etioca ha contratado a Chardan, un banco de inversión con sede en Nueva York, para que le asesore en el proceso, según informó en un comunicado.

La empresa dijo que planea invertir alrededor de 1.200 millones de dólares en los próximos tres años y que pretende iniciar la producción entre finales de 2024 y principios de 2025, con un objetivo de 45.000 vehículos en 2025 y 100.000 en 2027.

El renombrado diseñador italiano Giorgetto Giugiaro ayudará a Etioca a desarrollar sus furgonetas, equipadas con tecnología de intercambio de baterías y una plataforma modular que les permite servir para varios fines, como ambulancias y vehículos de extinción de incendios, policía o defensa.

La empresa dijo que actualmente está en conversaciones sobre unos 90.000 pedidos anticipados en Italia, Israel y Letonia, y añadió que está negociando un acuerdo con un socio italiano para utilizar unas instalaciones ya existentes con el fin de acelerar los plazos de producción.