"Confío razonablemente en que podremos superar este verano punta sin demasiados trastornos", declaró Willie Walsh, director general de la Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA), en una entrevista el domingo.

Sin embargo, los dirigentes de las aerolíneas que asisten esta semana a la reunión anual de la IATA en Estambul siguen preocupados por las perturbaciones en el control del tráfico aéreo en Europa y Estados Unidos.

"Pero por lo que a ellos respecta, han cumplido con su obligación de disponer de sus recursos para este verano. Creo que la mayoría de los aeropuertos también estarán bien; creo que han aprendido la lección del año pasado", declaró Walsh a Reuters.

Un repunte de los viajes aéreos más rápido de lo previsto, unido a la escasez de mano de obra, provocó el caos en varios aeropuertos de Europa y Norteamérica el verano pasado y provocó una disputa entre las compañías aéreas y los aeropuertos sobre los límites de pasajeros diseñados para aliviar la presión.

El creciente número de disputas entre viajeros y aerolíneas en todo el mundo ha dado lugar a peticiones de compensación para los pasajeros.

La legislación está siendo revisada en Canadá, mientras que el gobierno de EE.UU. está redactando nuevas normas y la Unión Europea presiona para que se aplique con más rigor su actual "Reglamento 261", que exige compensaciones por retrasos de más de tres horas.

"En última instancia, es el consumidor quien paga porque, por supuesto, esto corre a cargo de la industria, pero ésta no puede limitarse a absorberlo", dijo Walsh.

"Cuantos más gastos tengan que soportar las aerolíneas por problemas ajenos a su control, más se reflejará eso en el precio de los billetes, y hará que suban. Es un entorno muy, muy frustrante en el que operar".

Algunos grupos de pasajeros han acusado a las aerolíneas de eludir las indemnizaciones acogiéndose a una exención por circunstancias excepcionales. Las normas de la UE permiten este tipo de exenciones siempre que las aerolíneas puedan demostrar que han tomado medidas razonables para evitar cualquier retraso.

Las compañías aéreas han informado de fuertes reservas para este verano a medida que el tráfico aéreo vuelve a los niveles anteriores a la entrada en vigor del COVID.

La agencia europea de control del tráfico aéreo Eurocontrol advirtió a finales del año pasado que 2023 podría ser "el año más difícil de la última década" debido al conflicto de Ucrania, las posibles huelgas, el aumento del número de aviones y la reapertura de los mercados asiáticos.