El gobierno del canciller alemán Olaf Scholz está elaborando una nueva estrategia empresarial sobre China.

Según las medidas propuestas por el ministerio de Baerbock, las garantías de inversión se someterán a un mayor escrutinio para tener en cuenta el impacto medioambiental, las normas laborales y sociales y evitar el trabajo forzado en la cadena de suministro, según un borrador confidencial de un documento visto por Reuters el mes pasado.