NIRIM, Israel, 11 ene (Reuters) - Familiares de rehenes israelíes retenidos por Hamás permanecieron el jueves junto a la valla de Gaza, turnándose para gritar mensajes de amor y apoyo a un micrófono con la esperanza de que los cautivos les oyeran.

Los militantes de Hamás que invadieron el sur de Israel desde Gaza el 7 de octubre capturaron a 240 rehenes de todas las edades, de los cuales más de 130 siguen retenidos en el enclave palestino bombardeado a diario por las fuerzas israelíes, según los recuentos israelíes.

"Omer, ¿puedes oírnos? Somos Ima y Aba", gritó Orna Neutra, madre del rehén Omer Neutra, de 22 años, utilizando las palabras hebreas para mamá y papá.

"Estamos aquí. Estamos muy cerca de ti. Luchamos por ti todos los días", gritó, con la voz quebrada por la emoción. Llevaba una pancarta con la foto de su hijo.

Los familiares y amigos de los rehenes estaban de pie en la parte trasera de un camión, con un micrófono conectado a un sistema de amplificación. Sostenían fotos de sus seres queridos y se pasaban el micrófono de una persona a otra.

Llevar a los rehenes a casa es uno de los objetivos de guerra declarados de Israel en Gaza, y una cuestión emotiva en toda la sociedad israelí. Las imágenes de los rehenes son omnipresentes en paredes, paradas de autobús y fachadas de tiendas de todo el país.

Sin embargo, a pesar de la incansable campaña de las familias, la sensación de que el tiempo pasa mientras la atención mundial se desplaza a otros lugares ha agravado su angustia a medida que se desvanecen las esperanzas de llegar a un acuerdo que garantice la liberación de los rehenes.

Una mujer en la valla se dirigió al líder de Hamás en Gaza, Yahya Sinwar, pidiéndole que liberara a Oded Lifshitz, de 83 años, cuya esposa Yocheved Lifshitz, de 85, fue liberada en octubre tras dos semanas de cautiverio.

"Sinwar, Oded Lifshitz es un verdadero amigo del pueblo palestino. Sinwar, trae a Oded Lifshitz a casa ya", gritaba la mujer, mostrando una foto del anciano rehén.

Otra mujer gritó los nombres de varios miembros del kibutz Kfar Aza, uno de los más afectados por la masacre del 7 de octubre.

"¡Por Gali Berman, vuelve a casa Gali! A Ziv Berman, ¡vuelve a casa, Ziv! Por Keith Segal, ¡vuelve a casa Keith! Por Emily Damari, ¡vuelve a casa Emily!", gritó.

"¡No pararemos y no retrocederemos hasta que todos vuelvan a casa! ¡Todos! ¡Todos! Todos!".

Los militantes de Hamás traspasaron la valla de Gaza el 7 de octubre y arrasaron kibutzim y aldeas, matando y tomando cautivos. La cifra de 1.200 israelíes muertos fue la peor pérdida de vidas judías en un solo día desde el Holocausto.

Israel, que ha prometido destruir a Hamás, ha respondido con un bombardeo y una invasión incesantes de Gaza que han matado a más de 23.000 palestinos, según las autoridades sanitarias del enclave dirigido por Hamás, han desplazado a casi toda la población de 2,3 millones de habitantes y han provocado una catástrofe humanitaria.

(Reporte de Ayhan Uyanik; Escrito por Estelle Shirbon; Editado en Español por Ricardo Figueroa)