La semana pasada, el ministro de Finanzas, Mehmet Simsek, dijo que Turquía pasaría al método contable ajustado a la inflación para las empresas, pero que las instituciones financieras podrían quedar excluidas.

El ajuste a la inflación protegería a las empresas de impuestos más elevados y daría una imagen más realista de los resultados, dado que la inflación anual ha superado el 61%. El sector bancario, cuyos activos ascendían a 21 billones de liras (737.000 millones de dólares) en septiembre, quiere disfrutar de ese beneficio al igual que las empresas del sector privado.

"Los bancos quieren aplicar la contabilidad de la inflación y se está estudiando la posibilidad de celebrar una reunión con el Tesoro para plantear esta petición", dijo un alto cargo bancario, que pidió el anonimato.

Parte de la razón era que los bancos no querían que una inflación elevada diera la apariencia de beneficios desmesurados en un momento en que el país sigue atenazado por una crisis del coste de la vida, dijo el banquero.

La Asociación de Bancos de Turquía (TBB) declinó hacer comentarios al respecto.

Los balances de las empresas turcas a finales de 2023 se ajustarían a la inflación, y se espera que esta práctica continúe hasta 2026 debido a las actuales previsiones de inflación, según declaró el Tesoro a Reuters en octubre.

PRECIOS AL ALZA

La inflación se disparó por encima del 85% el año pasado tras un agresivo ciclo de recortes de tipos que provocó un desplome de la moneda a finales de 2021. La inflación descendió posteriormente, pero volvió a subir en los últimos meses y se situó en el 61,4% en octubre.

Se espera que los beneficios de los bancos caigan más de la mitad tras una contabilidad ajustada a la inflación, y algunos bancos podrían registrar pérdidas, dijo otro banquero.

"Los bancos quieren tener beneficios reales ajustados a la inflación y quieren aplicar esta práctica en sus balances", añadió.

El incremento anual de los beneficios de los bancos turcos se ralentizó hasta situarse en torno al 50% en los nueve primeros meses de 2023, tras un aumento del 366% el año pasado.

Desde las elecciones de mayo, el gobierno ha elevado varios tipos impositivos, incluido el impuesto de sociedades de los bancos y las instituciones financieras al 30% desde el 25%, para financiar la recuperación tras los grandes terremotos que asolaron el país en febrero.

Otro alto banquero dijo que la razón de que los bancos quedaran excluidos de la práctica contable ajustada a la inflación era la necesidad que tiene el gobierno de los ingresos fiscales que generan.

(1$ = 28,5090 liras)