El índice GfK de confianza del consumidor se mantuvo en -21 en marzo, sin cambios respecto a febrero, y ligeramente por debajo de las previsiones de una encuesta de Reuters entre economistas que apuntaban a una lectura de -19.

La medida GfK de las expectativas de los hogares sobre sus finanzas personales subió a +2 desde 0 en febrero.

"La mejora de la medida de las finanzas personales (...) es alentadora porque es la primera positiva y la puntuación más alta desde diciembre de 2021", dijo el director de estrategia de clientes de GfK, Joe Staton.

"Se trata de una buena noticia dados los retos a los que se enfrentan los británicos por el lastre fiscal, los mayores costes del combustible, el aumento de los impuestos municipales y los servicios públicos que erosionan cualquier aumento de los salarios u otros ingresos".

La inflación británica de los precios al consumo se ralentizó hasta el 3,4% en febrero, y el Banco de Inglaterra espera que caiga temporalmente por debajo de su objetivo del 2% durante el segundo trimestre debido al impacto de la decisión del ministro de Finanzas, Jeremy Hunt, de congelar de nuevo el impuesto sobre el combustible.

El gobernador del Banco de Inglaterra, Andrew Bailey, que junto con otros siete miembros votó esta semana a favor de mantener los tipos de interés en el 5,25%, el nivel más alto en 16 años, dijo que tenía esperanzas en la senda de la inflación, pero que necesitaba ver más pruebas antes de recortar los tipos de interés.

Este mes continuó el descenso del subíndice de compras importantes de GfK.

Staton dijo que las cifras del viernes planteaban dudas sobre la economía británica antes de las elecciones que el primer ministro, Rishi Sunak, tiene previsto convocar a finales de este año.

"¿Estamos temporalmente en pausa, o están los consumidores a punto de pulsar 'marcha atrás'? En vísperas de las próximas elecciones generales británicas, éstas son preguntas importantes para la futura salud de la economía", afirmó.