Este hombre de 44 años entró en el campamento de las Naciones Unidas, a pocos kilómetros de su residencia, en busca de seguridad tres días después de que estallara el conflicto en 2013.

En los años siguientes, ha visto cómo los líderes de Sudán del Sur forjaban acuerdos de paz y los rompían; cómo las milicias llevaban a cabo y negaban masacres étnicas; y cómo el incesante conflicto empujaba a partes del país a la hambruna.

El papa Francisco tiene previsto ir al Congo del 31 de enero al 3 de febrero y después pasará dos días en Sudán del Sur. El papa ha querido visitar el predominantemente cristiano Sudán del Sur durante años, pero los planes se pospusieron debido a la inestabilidad allí y un viaje programado el pasado junio fue cancelado debido a la dolencia de rodilla del papa.

El enviado del Vaticano a la República Democrática del Congo ha dicho que el viaje recordará al mundo que no debe ignorar los conflictos que duran décadas.

"Estamos en una mala situación... desde 2013, no hemos visto ninguna buena paz", dijo Galuak, que afirma que no puede viajar a su casa natal en el norte del país por el riesgo de ataques. Los enfrentamientos esporádicos siguen matando a civiles en todo el país.

Sudán del Sur obtuvo la independencia en 2011. Dos años después estalló el conflicto cuando las fuerzas leales al presidente Salva Kiir se enfrentaron a las leales al vicepresidente Riek Machar, que pertenece a un grupo étnico rival. El derramamiento de sangre se convirtió en una guerra civil que mató a 400.000 personas.

Un acuerdo de 2018 detuvo lo peor de los combates, pero partes del acuerdo -incluido el despliegue de un ejército nacional reunificado- aún no se han aplicado.

Galuak y muchos otros desplazados dicen que no se sentirán seguros hasta que se desplieguen las fuerzas unificadas.

"Si hubiera paz, habríamos regresado a nuestros hogares", dijo Nyalon Gatfan, madre de cuatro hijos en el campamento de Juba.

Galuak y muchas de las otras 52.000 personas que viven en su campamento esperan que la primera visita papal de la historia haga que los líderes cumplan el acuerdo.

En Sudán del Sur hay 2,2 millones de desplazados internos y otros 2,3 millones han huido del país como refugiados, según la ONU.

En los últimos seis meses, la vida en el campo se ha hecho más dura. En junio, la ONU cortó la ayuda alimentaria a Sudán del Sur por falta de fondos.

"Hoy en día, comemos una vez al día", dijo Gatfan.

El conflicto, las perturbaciones climáticas y la crisis económica están sumiendo al país en una mayor inseguridad alimentaria. Según la ONU, es probable que 7,76 millones de personas -aproximadamente dos tercios de Sudán del Sur- se enfrenten a una grave inseguridad alimentaria este año.

"Quiero que el Papa les diga a nuestros líderes que comprendan el sufrimiento por el que estamos pasando", dijo Gatfan.